FRUTA Y VINOS CON AÑOS especialmente para Benjamin
De: juan Ferrer Espinosa. (Enófilo, Barman y Director de catas)
Fecha: 28/12/2001
Hora: 16:50 -0500
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Amigo Benjamin, el Petrus al contrario que muchísimos otros vinos, no deja de evolucionar en botella prácticamente nunca, (al igual que Romanée Conti) no pierde su intensidad frutal, sino que va madurando esa fruta en la botella, es facil comprobarlo si se disponen de dos botellas de la misma marca y diferente añada, la más joven normalmente presentara aromas frutales que nos recordaran a la fruta roja, y la más vieja esos aromas procederán o nos recordaran a fruta negra, compotada, o en mermelada, esto sucede entre otras cosas por que son vinos que están elaborados para ello, son vinos de guarda, que expresan su terruño, y que por desgracia cada día quedan menos, y cada vez son más caros, son vinos que nunca tocan maderas de segunda mano o reutilizadas y además tiene una considerable potencia inicial que se va suavizando (polimerizando) a lo largo de su crianza en botella. No es que no me gusten los vinos con crianza en botella, sino que algunos cuando entran en la botella, son cadáveres ya, y lo único que pueden hacer es empeorar.
Hace algunos años tuve ocasión de visitar la bodega de Marques de Riscal con unos peces gordos, y nos abrieron algunas botellas anteriores a mi nacimiento (1.958), y flipé pepinillos en vinagre, estaban todas vivas, y además expresaban unas gamas aromáticas interesantísimas, con aromas (según mis notas de entonces año 1.979) de cedro, hojarasca, cueros finos, ciruelas negras, moras, tinta y especias.
El tema tan traído y llevado del Vega Sicilia, es que cuando se embotella (en mi opinión) la mayoría de botellas están palmadas, ya que tienen en el lomo 7 años o más de maderas, casi todas ellas usadas muchas veces. Los grandes vinos franceses, por regla general nunca utilizan madera vieja, el tanino que les confiere su estancia en barrica nueva les va a servir de pasaporte a la larguísima vida en botella.
Los vinos que más me gustan (hablando en general) son los que han tenido una crianza en madera nueva de roble francés en torno a los dos años, que proceden de una buena añada y una buena marca, y que he tenido el placer de criarlos en mi bodega durante 10 años o más, de forma que cuando abro una botella y no está lo suficientemente madura, la siguiente (siempre hay que tener varias) tardo al menos uno o dos años en catarla de nuevo, tomo nuevas notas, y si está perfectamente madurada (en mi opinión), me fundo (casi siempre con amigos) todas las que me quedan.
Benjamin Espero haberte aclarado algo de mis preferencias.
Un afectuoso saludo y felices vinos.
Juan Ferrer Espinosa
Enopatas-mundi
