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De: juan Ferrer Espinosa. (Enófilo, Barman y Director de catas)
Fecha: 26/12/2001
Hora: 00:31 -0500
Tal y como quedé con Juan Such, aquí están mis vinos de Noche Buena. De aperitivo empezamos con un CÉLLER BATLLE de Gramona que como siempre aparentó ser más joven de lo que su prolongadísima crianza podría hacernos esperar, tuvo que pelearse con canapes diversos y alguna salsa tartara, saliendo victorioso. Es vino de color amarillo pajizo con reflejo dorado claro, Aromas de moka y brioche, café natural y tostados que nos recuerdan al toffe, flor de espino, acacias, frutos secos, y a pesar de todos estos aromas que proceden de su larga crianza en rima, un frescor y vitalidad incomparables. En boca es todo un espectáculo, suave, cremoso pero de gran estructura, rico ,pleno, fundentey muy persistente. Gracias "Gramonillas".
Al POUILLI FUMÉ de GUY SAGET. Les Logères 99. le tocó esa zona de nadie en que las comidas no estan definidas, situada entre los aperitivos y el plato principal, y en la que hay en la mesa un poco de todo. Es un Vino de la zona este del querido Valle del Loira, Una vez jarreado presenta un color amarillo pálido con reflejos verdes, en nariz resaltan con mucha intensidad aromas frutales exóticos (Piña, papaya, maracuya, li-chis), pero si prestamos más atención aparecen aromas de flores blancas y citronela. Musgo, champiñón y trufas y por vía retronasal tenemos polvora, pedernal y humo blanco. A lo largo de la degustación va evolucionando aromáticamente, pasando de aromas vegetales y frutales hacia los minerales y empireumaticos. En boca es goloso y grande, es un vino complejo y completo, armónico, de gran estructura y bello recuerdo. Gracias Loira una vez más. El VEGA SICILIA UNICO 1.981 lo reservamos (como no) para el cordero lechal asado al horno. Combinación perfecta pero durante su consumo no dejaba de pensar en otros vinos que nos habrían producido más placer. Para describir este vino, me he copiado a mi mismo de una entrada que hice en este foro hace unas semanas. Es un vino con una gama aromática amplia pero limitada a unas familias de aromas muy concretas, con mucho torrefacto, tostados, regaliz, maderas nobles, ebanistería, mueble antiguo, (más madera) chocolate, desván, balsámicos, cuero, tabaco oriental, aldehídos, taninos polimerizados , especias, hojarasca, ceniza de puro y otras zarandajas, pero el tema es que es un vino sin fruta, (algo de ciruelas negras si te empeñas mucho) incluso si me apuráis sin sabor a vino, sin vida, parece nada más salir al mercado la crónica de una muerte anunciada, un vino perfecto para esa especie de aficionados al vino en vías de extinción a los que yo llamo sin animo de insultarlos NECROENOFILOS. Fue el peor vino de la cena con diferencia, y la sensación que quedo entre los comensales es de que no vale lo que cuesta. De todas formas no deja de tener enorme merito cobrar más de 30 sacos por este vino moribundo, y que te los paguen. (como fue mi caso)
TOKAJI ASZÚ SZENCIA OREMUS 75 Una de las joyas de la corona. Afortunadamente a estas alturas de la cena llegaron pocos comensales con la presencia de ánimo suficiente para degustar un gigante de estas características. (y los que estábamos con vida salimos a más parte) Lo combinamos con todo tipo de dulces navideños, aunque hubieran estado mejor algunos quesos azules (Stylton, cabrales, roquefort, gorgonzola) o unos higaditos de oca trufados. (Rugie por ejemplo). Vino de color ámbar acaramelado, con aromas de miel, eucalipto, piel de naranja confitada, regaliz, nueces, tabaco oriental , especias (clavo y pimienta si-chuan) y un montón de cosas más. En boca es corpulento, graso, glicérico, forrado, enorme, pero todo este dulzor está perfectamente equilibrado con su acidez, que le hacen persistente, largo y encantador. Solo tiene 6 grados de alcohol y casi medio kilo de azúcar residual, pero no es ningún pastel, posee una fuerza casi salvaje y un posgusto mineral y volcánico, recóndito, misterioso y casi mágico. Las caudalías se pueden medir por años, ya que permanecerá en mi memoria para siempre. Gracias Botrytis.
Después me fui a currar al pafeto, y el tema se complico bastante, con cuatro o cinco cavas diferentes, (habia que brindar con los amigos) algunos whiskys de malta de Islay para desengrasar, y acabando (ya de madrugada), algo maltrecho, con unos vinos de Utiel Requena que me trajo un amigo, que más me valdría no haberlos probado nunca. Un saludo al foro y felices vinos. Juan Ferrer Espinosa Enopatas-mundi
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