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Estimados foreros,
Me reincorporo al foro tras el obligado paron técnico y veraniego. He catado tres vinos con añadas de finales de los ochenta, conservados en bodega familiar subterranea con una oscilación termica 16 grados (invierno) - 22 grados (verano) y los resultados han sido interesantes:
El Callejo Crianza 1989, a pesar de la gran añada, estaba ya totalmente evolucionado, habia pasado a mejor vida. Lo mismo ocurrió con un Faustino V 1989. Igual pruebo otras botellas y tengo mas suerte, no se.
En cambio un buen Burdeos genérico, el Sirius 1988, embotellado por el negociant P. Sichel, que indicaba explicitamente en la etiqueta que debia ser consumido a los 3-4 años de adquirir la botella aun se encontraba en excelente forma. El Sirius lo compré hace algunos años a traves de un club de vinos que lo vendia como un vino decente y facil de beber, bien elaborado. Realmente es un merito poder sacar ese vino a precios bajos para Burdeos dados los altos costes de infraestructura que tienen en la región (precio de las uvas, tierra, costes laborales, etc.)
Conclusion: un vino frances que avisa que hay que consumir pronto estaba bien. Dos vinos de dos bodegas en dos afamadas D.O. y de una buena añada, kaput.
La evolucion en botella de los vinos españoles, especialmente los que se estan haciendo nuevos (para Callejo era la primera añada), es la gran incognita pendiente para el consumidor final.
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