La verdad es que cuando uno se enfrenta ante este tipo de vino me recuerda los momentos de pequeño cuando escuchaba a mis abuelos y tenías las sensaciones de curiosidad, respeto y orgullo.
Curiosidad por saber qué nos va a decir el vino de más de 40 años de antiguedad.
Respeto por tener delante un cúmulo de experiencias llevadas a la práctica por los que elaboraron estos vinos.
Y orgullo por saber que hay personas que puedan elaborar, en este caso vino, con tanto cariño para que futuras generaciones podamos disfrutarlos.
Nada, que me he lavantado otoñal ;).