Una visita inolvidable de principio a fin.
Irrepetible desde los prolegómenos -incluído el "paseo" marítimo por la ría escoltados por delfines - y, como en las grandes obras clásicas, con planteamiento (visita a viñedos y bodega), nudo (cata en rama, barrica y de añadas) y desenlace ( armonía gloriosa de vinos, viandas - extraordinaria calidad de un menú sobresaliente "cum laude" por tipicidad y "calidade" gallega a tope ¡qué ostras, pulpo, merluza de pincho...! y todo... hasta orujos, muy buenos, hay que señalarlo.
Y, por si fuera poco, un guiño de despedida final (obsequios) muy generoso.
Muchísimas gracias a Mar de Frades y responsables de Ramón Bilbao
Todo ello fue posible gracias a la atención y dedicación exclusiva de Paula Fandiño y Alberto Sandón, hay que decirlo, y a los que se sumo en bodega el siempre atento Víctor Cortez.
Jornada de las que no se olvidan...
Mi agradecimiento a todos los actores intervinientes en esta gran obra, y a VEREMA, por méritos propios, por descontado