Existen más de mil IPA diferentes. Ésta es la primera elaborada en Córcega : es de buen augurio, porque cuando los corsos se ocupan de hacer cerveza, ya no cometen errores estúpidos. Supongo que al F.N.L.C. le hubiera gustado este explosivo pacífico.

    Su espuma blanca estalla y sube en un gran vaso entorchado : hay que esperar un ratito para que se densifique y adquiera una textura cremosa. El color aparece : amarillo dorado tirando al anaranjado. Hay un derroche de olores : notas de litchi, de zumo de uvas verdes, de piel de manzana, de melocotón blanco y de cilantro. En boca, no encontramos los mismos matices : la cerveza sabe sobre todo a maracuyá con toques de toronja blanca y algo de mango : una mezcla exótica sorprendente. Redonda, golosa pero equilibrada por su amargor, tiene un final herbáceo, más seco que una avellana.

    La moda del dry hopping ha desarrollado el interés de los zitófilos para estas bebidas explosivas, urbanas y contemporáneas : la Pietra Corsican IPA sólo tiene 40 IBU y podemos encontrar bombas más dañinas para la mucosa bucal : por ejemplo la IPA de la cervecería Brewdog Jack Hammer con sus 200 IBU.