En el año 2020 Alma Carraovejas llega a Leza, Álava (Rioja Alavesa) para desarrollar uno de sus proyectos más singulares: Aiurri. La bodega está situada en Leza, uno de los pueblos más pequeños de Álava (220 habitantes) capaz de emocionar por su entorno y su riqueza vitivinícola y cultural que conviven con vestigios de la Edad del Cobre.
El nombre de ‘Aiurri’ proviene del euskera y su significado es carácter, fuerza, identidad. El proyecto está basado en la búsqueda de la esencia de pequeñas parcelas de viñedo viejo que crece a los pies del influjo de la serranía de Toloño en una tierra, Rioja Alavesa, que conforma una de las zonas vitícolas de referencia en nuestro país. Más de 4.700 años de historia donde el paso de diferentes culturas, modos de trabajo y de pervivencia han hecho de ella una zona de confluencia que ha sabido respetar la tradición y aprender de la modernidad, manteniendo un compromiso con la calidad y esfuerzo continuado en busca de la excelencia.
Las instalaciones de Aiurri se ubican integradas en el centro histórico de Leza. Dos edificios, unidos por un calado, que se han reformado por completo respetando y conservando la identidad patrimonial del municipio.
La edificación principal se ha diseñado y construido para respetar al máximo los procesos de elaboración natural por gravedad y las características originales de la materia prima.
Además, el segundo edificio alberga una zona reservada para oficinas, así como el laboratorio o la zona de embotellado.
Unas instalaciones diseñadas para poder transmitir de la manera más honesta la singularidad de nuestros viñedos.
La influencia de la montaña
La Sierra de Toloño ha sido testigo del paisaje que se ha forjado bajo su influjo. Pequeñas parcelas de viñedo con diferentes orientaciones, altitudes y estructura de suelos que conforman una de las zonas vitivinícolas de referencia en nuestro país. El relieve montañoso del entorno ha generado un impacto en la orientación y posición de los terrenos para el cultivo. Las laderas que se han formado ofrecen diferentes grados de exposición solar que favorecen una maduración gradual de las uvas y una óptima fotosíntesis. La disposición de los viñedos en terrazas y pendientes pronunciadas permiten un drenaje natural y un mayor contacto con el flujo del viento y radiación solar, favoreciendo el ciclo de la vid.
Un clima extremo
La serranía de Toloño actúa como barrera natural para proteger la zona vitícola de Leza de las condiciones climáticas adversas. Su orografía contribuye a la creación de un microclima único en el que se combinan las influencias atlánticas y mediterráneas. Las montañas bloquean los vientos fríos y húmedos del norte, creando un ambiente más cálido y seco, ideal para el cultivo de la vid. La inversión térmica entre el día y la noche ayuda a una maduración más completa de la uva, otorgando una mayor complejidad y manteniendo su frescura.
La viña
Pequeñas parcelas de viña vieja con una gran biodiversidad clonal que crecen al abrigo de la Sierra de Toloño. Viñedos de tempranillo, mayoritariamente, entre los que se intercalan algunas cepas de graciano, garnacha, variedades blancas y otras desconocidas que aún estamos identificando.
El suelo
El viñedo de Aiurri se asienta sobre un suelo de amplias y diversas peculiaridades edafológicas y que se sitúa en torno a los 500 – 600 metros sobre el nivel del mar. Estos suelos son de tipo franco-limosos con alto contenido en caliza y una buena cantidad de materia orgánica.
Viticultura parcelaria
En Aiurri se busca atrapar la esencia de unos viñedos únicos que conforman una de las zonas vitivinícolas de referencia en nuestro país. El relieve montañoso del entorno de Leza ha generado un impacto en la orientación y posición de los terrenos para el cultivo.
Igualmente se busca revalorizar algunas de las viñas más relevantes de Rioja Alavesa recuperando y devolviendo a la vida el viñedo centenario de Leza y su riqueza varietal. Como en todos los proyectos de Alma, existe un compromiso superior con el paisaje, la cultura vitícola, el patrimonio y su gente. Las laderas que se han formado alrededor ofrecen diferentes grados de exposición solar favoreciendo una maduración gradual de las uvas y una óptima fotosíntesis.
El origen marca la diferencia
La procedencia y la diversidad del terruño del que nacen estas uvas otorgan el carácter distintivo de los vinos de Aiurri. Se busca la máxima expresión y singularidad de cada parcela y con la aspiración de que Leza sea reconocida como una localidad de referencia, se clasifican los vinos en: viñedos singulares, vinos de municipio y vinos de zona.
La vinificación y crianza se realizan mediante elaboraciones por parcelas. El inicio de la vendimia lo marca cada viña de forma individual, respetando los tiempos de cada cepa. Recoger la materia prima solo en el momento óptimo permite aumentar el conocimiento de cada viñedo y su entorno.
En bodega se trabaja con el máxima respeto para mantener la esencia de cada paraje. Las elaboraciones se realizan en recipientes de entre 500 y 4.000 kilos. El mosto obtenido realizará fermentaciones espontáneas controladas con baja intervención: temperatura y extracciones suaves y muy controlada. Hasta el final de la crianza el vino continúa separado por parcelas. El ensamblaje de cada terroir y de las diferentes variedades se produce al final de cada elaboración y permite respetar la tradición en los viñedos de la comarca.
Para la crianza se cuenta con depósitos de diferentes formatos y materiales: fudres, tinas de madera, depósitos de hormigón, acero inoxidable y barricas de roble francés de diferentes tamaños.
Landua
Landua es el reflejo de la expresión de pequeñas parcelas de viñedo viejo que brotan bajo el cobijo de la Sierra de Cantabria entre los municipios de la Sonsierra hasta Laguardia. El relieve montañoso del entorno contribuye a la creación de un microclima único en el que se combinan las influencias atlánticas y mediterráneas. La búsqueda de la esencia de cada parcela y cada municipio acaba formando parte de un vino de ensamblaje tras la crianza. Aromas florales que persisten con el paso de tiempo.
Aiurri
Aiurri es el carácter de la Rioja Alavesa. Pequeñas parcelas de viñedo viejo que nacen al abrigo de la serranía de Toloño. Su orografía es una encrucijada climática donde se entremezclan condiciones propias del ambiente continental y el atlántico. Viñedos de tempranillo mayoritariamente donde se intercalan algunas cepas de graciano, garnacha, variedades blancas y otras desconocidas. La expresión de cada parcela se mantiene intacta hasta el final de la crianza. Con el ensamblaje completo se define la autenticidad y esencia vitícola de Leza.
Salas
Salas 2021 es la interpretación de una parcela única marcada por la orografía de la Sierra de Toloño. 2,6 hectáreas de viña vieja de biodiversidad clonal que a su vez conforman micro parcelas con una identidad propia dentro de un mismo viñedo. La autenticidad y personalidad de un paraje único. Viticultura extremadamente respetuosa con el entorno y los ciclos naturales. de la vid. La esencia más pura de un viñedo centenario que ha desafiado al paso del tiempo. Complejidad y viveza. Expresión pura del paraje de Salas.
Alma Carraovejas es el concepto que aúna, bajo una misma cultura corporativa, diferentes proyectos vitivinícolas y gastronómicos repartidos por toda la geografía nacional. Alma Carraovejas surge de Pago de Carraovejas, pero se desarrolla durante la historia de la bodega. Alma Carraovejas llega en 2013 a Ossian, un proyecto único de cepas prefiloxéricas de verdejo con una de las historias más largas de la península ibérica.
En 2017 nace, junto a las instalaciones de Pago de Carraovejas en Peñafiel, el nuevo Restaurante Ambivium, reconocido hoy con una Estrella Michelin, dos soles Repsol y una recientemente conseguida Estrella Verde que reconoce la labor y el trabajo por la sostenibilidad del entorno por parte de cocina, sumillería y sala. En 2018, fruto de años de trabajo en la zona, surge Milsetentayseis, el proyecto asentado en Fuentenebro. Este término es la parte sur y con más altitud de la Ribera del Duero donde se pretende reinterpretar el pasado auténtico del viñedo del municipio.
Alma Carraovejas llega a Galicia en 2019 para dar continuidad de dos proyectos que aspiran a rememorar la historia de Ribeiro, una de las zonas vitivinícolas más antiguas del mundo: Viña Meín y Emilio Rojo.
El año 2020 se cumple un sueño para el equipo de Alma con la llegada a Leza, en Rioja Alavesa: nace el proyecto Aiurri con viñedo en la ladera izquierda del valle del Ebro bajo la influencia de la Sierra de Toloño. Paralelamente surge SV wines, la importadora de vinos de Alma Carraovejas con la que se pretende acercar elaboraciones únicas de viñedos singulares de todo el mundo.
El nacimiento de la fundación ‘Cultura Líquida’ se cierra en 2021: una nueva apuesta por fomentar la cultura del viñedo y del vino en nuestro país. Previamente, se había continuado con el sexto proyecto vitivinícola de Alma Carraovejas: Bodega Marañones. El viñedo de indudable valor de San Martín de Valdeiglesias, en las estribaciones de la sierra de Gredos, acerca a Alma hasta la DO Vinos de Madrid.
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