Peña El Sarmiento

Vouvray y Montlouis a escena

El pasado jueves 26 de febrero nos reunimos en La Fisna, en el madrileño barrio de Lavapiés, para realizar una cata de vinos de Vouvray y Montlouis. Contábamos una vez mas con la presencia de Pedro Carroquino y Tuija que nos visitaban para calentar motores de cara al encuentro verema.

La cata la dividimos en dos partes, comenzando con una ronda de semi-secos del 2007 y finalizando con 3 dulces. Los productores, Huet y François Pinon representando a Vouvray y desde la otra orilla del Loira François Chidaine representando a Montlouis. (La foto es del Loira desde la orilla de Montlouis)

La protagonista de la noche iba a ser la polifacética Chenin Blanc que nos iba a mostrar la gran capacidad de sorpresa que tiene, al darnos vinos muy distintos dependiendo del suelo y del elaborador. La zona, Vouvray, en la orilla norte del río Loira, situada en las afueras de la localidad de Tours, y Montlouis, justo al otro lado del río, con los viñedos mirando más hacia el rio Cher que al Loira.

 

Comenzamos con los 2007, una añada considerada clásica en la zona, donde la acidez vuelve a tomar protagonismo después de unos cuantos años calurosos. El año comenzó cálido y seco, lo que avanzó el ciclo vegetativo de las viñas. Sin embargo un fresco y lluvioso verano volvió a ralentizarlo. Hubo problemas con la floración y la calidad a lo largo del valle del Loira fue bastante irregular. En concreto en Vouvray y Montlouis, los productores están bastante contentos con la añada, se considera mejor añada de secos que de dulces.

 

 

El primero fue un vino de François Pinon, Les Trois Argiles 2007, Vouvray. Este productor tiene situada su bodega en el Vallée de Cousse a pocos kilómetros de la localidad de Vouvray. Lleva más de 25 años elaborando vinos en esta bodega familiar cuyos orígenes se remontan a la revolución francesa cuando los viñedos pasaron a manos de sus antepasados. Este vino suele salir etiquetado en otras añadas como Cuvée Tradition y es una mezcla de todos los terroirs que posee, no obstante en 2007 decidió embotellar dos vinos por separado. Por un lado estre “tres arcillas”, en referencia a los tres tipos de arcilla en los que tiene plantadas las viñas y por otro lado el “Silex Noir” por una viña que tiene rica en ese tipo de piedra. El vino se muestra con un color amarillo pajizo, con reflejos verdosos. Comienza muy austero, una tímida fruta blanca madura asoma entre leves notas cítricas, la mineralidad muy marcada, algunas notas herbáceas y un punto especiado. En boca no aparenta para nada ser un semi-seco (12.5 º, 18 gr/L de azúcar residual y 7.65 gr/L acidez en tartárico), el vino está ahora mismo muy apretado, con una acidez tremenda, mostrando un buen material para guardar al menos un par de años, largo en el final. A mi personalmente me gustó mucho, aunque no es un vino fácil.

 

Continuamos en Vouvray, esta vez con un Huet, Le Mont 2007, Vouvray. Esta bodega no necesita presentación, ya que posiblemente sea la más conocida de la zona y la que elabora los vinos más prestigiosos no solo de Vouvray, si no posiblemente de todo el valle del Loira. Sin embargo, se trata de una bodega jóven, fundada en 1928 por Victor Huet, aunque no fue hasta que pasó a manos de su hijo Gaston, cuando la bodega comenzó a ganar importancia y prestigio. Actualmente la bodega esta bajo el control técnico del yerno de Gaston, Noël Pinguet, aunque desde 2003 solo el 20% es de la familia y el resto esta en manos extranjeras. Este vino procede de una viña de 8 hectáreas que está en las mejores laderas del Loira. Suelos rocosos, compuestos principalmente de arcilla verde y sílice. Se considera una viña especialmente adecuada para vinos dulces de corte elegante. (13.2º, 24 gr/L de azúcar y 7.48 gr/L acidez) Mucho más barroco que el vino anterior, dorado en el color, melocotón en almíbar, flores, alguna nota metálica que desaparece con aireación. En boca el azúcar es mucho más evidente, untoso, con suaves notas vegetales, es muy mineral en el final y largo. Un vino que se muestra mucho más hecho que el anterior en estos momentos.

Cruzamos el río y nos pusimos con el vino de François Chidaine, Clos Habert 2007, Montlouis. Este pequeño dominio familiar se trabaja de forma tradicional, de un modo lo menos intervencionista posible para que el viñedo se vea reflejado en los vinos. En este caso, el viñedo de más de 60 años crece sobre unos suelos de perruches que es como se conoce a la mezcla de arcilla y pedernal, se vendimia en varias pasadas y toda la producción se destina a este semi-seco. El vino estaba realmente impresionante, sería un punto medio entre los dos anteriores, una nariz más austera que el Huet, pero más expresiva que el Pinon, mostrando intensas notas florales, algo de cítricos y mucho pedernal. En boca tremendamente equilibrado, untoso, con una acidez justa para el nivel de azúcar (13.2º, 14 gr/L azúcar y 6.99 gr/L acidez), ligeramente amargoso y con un final tremendamente mineral. Una delicia de vino.

Así terminábamos esta primera fase, con 3 vinos muy agradables y bastante distintos unos de otros. Para mi gusto personal, el primero sin duda promete convertirse en un gran vino, con algo más de reposo en la botella y el tercero es desde ya mismo un vinazo que no dejará a nadie indiferente. Precios en bodega, 8.20, 15.60 y 14 € respectivamente, muy razonables para la calidad de estos vinos.

 

Continuamos con los dulces, en esta ocasión comenzamos con el Montlouis y terminamos en Vouvray. La añada era la 2005, una cosecha considerada de gran calidad en la zona, con un verano bastante caluroso y seco, pero con noches frescas que mantuvieron niveles de acidez adecuados. Una gran añada, del estilo de la de 1990 y 1996. El Moelleux de François Chidaine 2005, proviene de dos parcelas, el Clos Renard y Les Epinais, con cepas en esta última viña de más de 90 años de edad. Los suelos son arcillo-calcáreos con bastante pedernal. Contiene en torno a un 2% de uva botritizada. Color dorado intenso brillante, en nariz es marcadamente mineral, con suaves notas ahumadas, sobre un fondo cítrico y algo de fruta madura, como higos blancos y uvas pasas. Equilibrado en boca, mineralidad sobresaliente y final muy largo. De nuevo otro gran vino de este productor. (13.2º, 80 gr/L azúcar y 6.15 gr/L acidez, 19€).

Seguimos con el Cuvée Botrytis de François Pinon 2005. Este vino se elabora con las uvas seleccionadas en la primera pasada sobre un viñedo en pendiente y rico en pedernal. La práctica totalidad de la uva esta botrytizada lo que da un vino de gran concentración (10.5º, 152 gr/L de azúcar y 6.4 gr/L acidez, 17€, botella de 50cl). Color similar al anterior, en nariz es mucho más fresco, dando notas de mandarina, flor de azahar, piña madura y una buena mineralidad de fondo. En boca se notan esos 152 gr/L de azúcar residual, es un vino con bastante volumen, con una acidez y una amargosidad al fondo que le dan frescura. Este vino también pide ser abandonado en la cava unos cuantos años. Muy rico.

El final de la cata tenía que ser un Huet Le Mont Moelleux 1ere Trie 1996. Un vino que cuando lo probé en la bodega estaba realmente impresionante con unas notas de trufa blanca en nariz que me recordaban a algún riesling con años. Lamentablemente esta botella nos salió rana, con unos aromas a lata de berberechos, que por mas que decantamos y agitamos en la copa no desaparecieron, en boca tampoco estaba muy correcto, lo que me hace pensar en algún problema con el corcho que haya ocasionado una oxidación prematura del vino. Una lástima.

En resumen pudimos probar 5 excelentes vinos, con sus características particulares cada uno, siendo los vinos de Pinon mucho más afilados, austeros y minerales, los de Huet más intensos, expresivos y maduros en nariz y los de Chidaine en un punto medio, con una gran mineralidad y un equilibrio que los hace muy disfrutables desde un primer momento. El Loira un gran río rodeado de maravillosos vinos por descubrir y con una RCP en muchos casos realmente magnífica.
 

Finalmente agradecer a Delia, dejarnos emplear su tienda de base para la cata, ya repetiremos en el futuro.

  1. #1

    jose

    Y pese a estar plénamente disfrutables ahora me parecen vinos con un futuro aun más interesante que su presente.
    Saludos,
    Jose

  2. #2

    Olaf

    Sin duda, todos estos vinos estan pensados para ser longevos, pero esos de Chidaine, por ejemplo, ahora mismo ya estaban realmente ricos. Supongo que unos años de botella les vendrán bien para ensamblar de forma mas armoniosa el azúcar y la acidez.
    Saludos

    Olaf

  3. #3

    anonimo

    Olaf, el Clos Habert es de Chidaine no de Pinon, claro con tanto François...
    Particularmente me parecieron estupendos los dos Chidaine, el Clos Habert y el Moelleux 2005.
    Por cierto, vaya cata la del sábado, que pena no haber estado , tenia lio en la tienda, en fin...
    Besos a todos y bienvenidos a La Fisna.

  4. #4

    Olaf

    Gracias por el aviso... es que escribí esto con algo de fiebre y no en óptimas condiciones y al final me hice el lío.
    Saludos

    Olaf

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