Sobaquillos de verano (III)
Finalmente hubo algunas noches extra en distintas ubicaciones. Después de tomar ese increíble Vega Sicilia 1970 en la sierra, surgió el comentario de que un vino así necesitaba una comida mas contundente que los embutidos y quesos que teníamos en la mesa, así que David prometió abrir al día siguiente el 62 que le quedaba si yo ponía una buena cena. Dicho y hecho. Al día siguiente, puse rumbo al mercado de Chamartín para comprar 3 buenas cortadas de lomo de buey de Galicia, de más de medio kilo cada una y con un aspecto sensacional.
Comenzamos la cena con algunos quesos (manchego y Camebert) y un blanco borgoñón de Vincent Girardin, St-Aubin 1er cru "Les Murgers des Dents de Chien" 2005. Quizás era un vino al que habría que haber dejado mas tiempo en la botella, ya que ahora mismo se mostraba demasiado dominado por la madera. Bastantes frutos secos, algo de fruta blanca y leves toques florales tratan de asomar por medio y la mineralidad se muestra discreta. En boca estaba algo mejor, untoso pero con buena acidez, los tostados algo más discretos y mayor protagonismo mineral. Se podía ver que era un vino de Borgoña pero si que estaba algo maderizado en estos momentos.
Quedaba una botella de un blanco del Loira que llevaba un rato esperando abierta, se trataba del Clos Rougeard Brézé 2000, Chenin Blanc de este prestigioso elaborador de Saumur, conocido sobretodo por sus tintos. De color amarillo dorado bastante intenso.
En nariz costó abrirse, no por falta de intensidad, si no por falta de complejidad, ya que parecía algo sencilla, fruta amarilla, miel, mineralidad y alguna nota especiada y ahumada. En boca muy bueno y muy largo. Es donde me suele gustar la chenin, tremenda acidez, recuerdos frutales y minerales, alguna nota amargosa y un final muy persistente. Gran vino.
Para acabar la noche, esperaba un brownie de chocolate, armonizado por unas copitas de La Bota de PX nº12. La verdad es que fue otra de las combinaciones de la noche. Los frutos secos y la amargosidad del chocolate del postre, encajaban de maravilla con este PX. Esas notas de caramelo, esos suaves toques balsámicos, el café y la fruta pasa, parecían el complemento perfecto del brownie. Además, con ese untoso paso por boca, con el alcohol tan comedido de este PX, resultó ser un fin de fiesta increíble.
Teníamos en la copa desde hacía un rato, para que se fuese abriendo un Hermitage de Delas Frères, el “Marquise de la Tourette” 1998. Elaborado a partir de uvas procedentes de los viñedos de L’Ermite, le Sabor y Bessards, este syrah de libro (con su 15% de Rousanne y marssanne), se elabora fermentandolo en barricas de roble de 1 a 3 años, donde pasa unos 14-16 meses. Que cosa más rica de vino. Aparece con un precioso color rojo picota de capa media-alta y muy brillante. La nariz es de buena intensidad y va ganando profundidad con la aireación. Comienza con mucha aceituna negra y carne ahumada y poco a poco van aflorando notas de violetas, frutos rojos y negros, suaves balsámicos, algo de cueros y buena mineralidad. En boca es un vino magnífico, con potencia, pero comedida y equilibrada, tiene un tanino potente que ya comienza a mostrarse pulido, buena acidez y un recorrido muy bueno. Es muy largo.
Acabamos la noche con otro vino del Loira, otro vino del Domaine de la Sansonnière, el Vielles Vignes des Blanderies 2002. Delicioso vino de Mark Angeli, después de la pequeña decepción del Rosé d’un Jour. Color oro viejo bastante brillante, con lágrima densa. En nariz es intenso y maduro, mucha fruta blanca madura y flores comparten protagonismo con notas dulzonas de miel y azúcar quemado, dominando el conjunto una marcada mineralidad. El alcohol se nota, sobretodo al subir un tanto la temperatura.
En boca tiene una tremenda potencia, untoso y con gran acidez, deja unas sensaciones de manzana verde y sobretodo mucha mineralidad. Tiene un buen final, aunque ese contenido alcohólico puede hacerlo pesado en algún momento. Lo mejor es beberlo poco a poco y sin prisas ya que al final es cuando mejor se muestra. De momento me sigo quedando con su Vignes Françaises.
Ya solo queda un sobaquillo de verano por venir. Como veis ha sido un verano intenso para la Peña el Sarmiento.