Lo mejor de su presentación capitalina

La verdad es que ya era hora de que La Bobal se presentara en Madrid con mayúsculas, que dejara de esconderse a la sombra de ensamblajes y perdiera ese complejo de inferioridad al que tantos años de cooperativismo la habían relegado.

Yo hace ya tiempo que tengo la fortuna de conocerla gracias a la cruzada emprendida por Toni Sarrión que llevó a la bobal a Europa y a América antes de aterrizar en la capital. Pero en aquel momento, hará unos cinco años, sus vinos eran caldos de culto, de entendidos, si se te ocurria preguntar en un restaurante por un vino hecho con bobal probablemente te preguntaran que si era una uva francesa.

Esto ha ido cambiando pero muy, muy despacio, en parte porque los madrileños no es que seamos muy aventureros, hablo del público en general y no de los aficionados. La verdad es que se echaba en falta un apoyo institucional que agrupara y diera fuerza a los encomiables esfuerzos individuales de los bodegueros de Utiel-Requena, capital de esta variedad, por lo que en cuanto supe de que el Consejor Regulador de la Denominación de Origen iba a hacer una presentación en Madrid me alegré mucho.

A continuación os dejo lo que yo destacaría de las cosas que probé empezando por:

Chozas Carrascal

• Las2ces Tinto 2011 (Bobal, tempranillo y Syrah): Potencia aromática con fragancia de flores, especias y acidez de fruta roja. En boca se muestra muy fresco, mineral, largo y persistente. Muy buena apuesta con una gran RCP.
• Las Ocho 2010 (Bobal, Bobal F (Monastrell), Tempranillo, Garnacha, Cabernet): Fresco y muy complejo aromáticamente a la par. En boca el ataque es también fresco pero desarrolla expansión lateral. Es profundo y aterciopelado aunque vívidamente vibrante y persistente. Muy bueno.
• El Cabernet Franc de Chozas Carrascal 2010 (100% Cabernet Franc): Aromas oscuros y especiados: pimienta negra, clavo. Con movimiento aumenta de intensidad. En boca es fresco -marca de la casa- y tiene suaves notas aceitunadas. Es frutal y de paso ligero, con un final amargoso y ligeramente yodado. Más tarde daría un punto de caramelo duro. Interesante.

La segunda parada fue en una bodega que no reconocí en un primer momento pero que al poco descubrí que era una antigua conocida  que había cambiado de nombre, pasando de Coto d'Arcis a:

Sebirán

No obstante no recordaba haber probado sus vinos, tan sólo su cava, por lo que en esta ocasión me centré en ellos y me dieron una maravillosa sorpresa:

• Sebirán "T" Joven 2012 (100% Tempranillo): Nariz de fruta roja golosa y rica. En boca tiene suficiente cuerpo para no haber pasado por barrica. Joven y agradable.
• Sebirán "T" Joven Barrica 2012 (100% Tempranillo): Con sólo tres meses en roble francés y americano da una fruta más oscura en nariz y ligeras especias para terminar en suaves balsámicos. En boca es bastante estructurado pero fresco a la vez, redondo y sápido. Muy rico.
• Sebirán "J" Crianza 2008 (100% Bobal): Complejo y especiado en nariz con elegantes aromas de fruta negra y tapenade. El gusto es profundo y negro de regaliz. Largo, musculoso y con relieve sin perder frescura jamás. Me gustó mucho.
• Sebirán "Z" Crianza 2008 (75% Bobal 25% tempranilo): En este caso su color sí refleja su edad. Es un vino muy equilibrado tanto en nariz como en boca, redondo, ligero, fresco y con protagonismo de la fruta roja.

Indudablemente mi descubrimiento de la jornada pues además tienen unos precios más que ajustados.

Unos amigos con quien establecí contacto por primera vez a través de su cava en el Evento Burbujas de Valencia me dieron a probar un blanco y unos tintos muy destacables:

Dominio de la Vega

• Dominio de la Vega Sauvignon Blanc 2011 (Sauvignon blanc, chardonnay y macabeo): El paso por barrica de este blanco amplía su abanico de aromas entre los que destaca la flor de azahar, el heno fresco, la fruta en forma de plátano y pera y los pétalos blancos. En boca es sedoso, largo y opulento sin perder frescura en ningun momento, redondo y dulce con profusión de fruta de hueso: albaricoques, melocotón. Adictivo.
• Dominio de la Vega Bobal 2011 (100% Bobal): Fruta roja muy golosa en nariz que luego añadiría pinceladas salinas. Boca ligera pero amplia con un punto especiado a la pimienta. Notable monovarietal de la protagonista del día.
• Artemayor Vino IV (100% Bobal): He aquí la joya de la corona y parafraseando a su nombre: palabras mayores. Este vino se ha elaborado partiendo de viñedos de bobal de mas de 80 años. Es un coupage de diferentes añadas y por lo tanto diferentes crianzas en roble francés, un 70% nuevo y un 30% segundo vino:
    2005 - 10% envejecida durante 22 meses
    2006 - 60%,  envejecida durante 12 meses
    2007 - 30%, envejecida durante 4 meses
  El resultado es un vino con una deliciosa nariz de tierra húmeda, piedra mojada y elegantes especias que deja asomar su fruta roja por detrás, discretamente. En boca armoniza la fruta roja fresca con cacaos y vainillas que no son ni pesados ni empalagosos. Resulta muy fresco y con un carácter y personalidad muy marcados. Excelente.

Un clásico moderno de la zona sería donde recalaríamos en esta ocasión:

Bodegas Vegalfaro

Con Rodolfo Valiente como su habitual adalid catamos variedad y calidad:

• Cava Vegalfaro (Chardonnay y macabeo): Nariz muy aromática con abundancia de bollería. En boca se muestra sabroso y amplio.
• Vegalfaro Barrica 2012 (Mayoritariamente bobal con un poco de merlot): Con tres meses de barrica es interesante ver como la acidez de la merlot se mantiene preponderante en aromas. En boca es muy redondo y agradable con suaves cacaos y lácteos, un vino que se bebe solo.
• Vegalfaro Crianza 2010 (Tempranillo, merlot y syrah): Con diez meses de barrica se muestra tímido en nariz -imagino que con más oxigenación se expresaría mas-. En boca habla con voz ancha y plena pero sin perder frescura ni acidez. Persistente.
• Rebel.lia 2012 (Bobal, tempranillo y garnacha tintorera): Gran intensidad y frescura aromática. En boca se mantiene la frescura sin menoscabo de notas avainilladas y de tarta de fruta roja acabando con ligeros ahumados. Muy rico.

Termino aquí este post porque aunque probé otros vinos de otras bodegas no acabaron de convencerme en su conjunto  y prefiero esperar a otras ediciones u otras ferias antes de anticipar valoraciones.

Asimismo obvié la visita a otras bodegas ya muy reconocidas y de las que he hablado con anterioridad por dar protagonismo a las que por primera vez menciono, todo con vistas y esperanzas a que, dentro de un año, este desembarco de la bobal requeno-utiliense se vuelva a producir en Madrid para ayudarnos a ser un poquito menos provincianos en esta capital del reino.

© Mara Funes Rivas - Noviembre 2013