Blog de Eugenio Saenz

La V y la B

O mejor dicho, las uves y la B. Porque así podemos definir el último sábado de febrero, sábado que pasamos en la B de Barcelona y con las V de Vadebacus y Vinialia, acompañados igualmente por otros dos amigos y compañeros de fatigas vinícolas. Un sábado que resultó un auténtico “tour de force” enológico y que vamos a resumir en las siguientes líneas, en las que hablaremos de los vinos que disfrutamos, grandes vinos marcados por el patrón de la autenticidad, esa autenticidad que cada vez valoramos más y nos resulta más atractiva.

La cita era a las dos de la tarde en un interesante restaurante llamado Aire, situado en Les Corts, cerca del Nou Camp. Regentado por José Ruiz, un profesional de dilatada trayectoria en Barcelona, abrió sus puertas solamente para nosotros, pudiendo por tanto disfrutar de una cata auténticamente en familia y en confianza. Además el menú preparado ex profeso para la cita, contribuyó sin duda a realzar las características y bondades de los vinos.


Comenzamos con un aperitivo mientras todo el mundo iba llegando, consistente en unas fresquísimas ostras acompañadas con mantequilla helada, un curioso contraste lleno de sabores. Y poco que mejor que dos buenos champagnes para el momento, siendo el primero un Gosset Grande Millesimé 1999. Hablamos de un producto de una de las casas clásicas de la zona, de hecho está considerada como la más antigua de todas. Elaborado con chardonnay y pinot noir, este vino forma parte de su gama alta, solamente por detrás de los Celebris. De corte más bien maduro y complejo, se trata de un champagne estructurado, de gran calidad, que si bien puede tomarse como aperitivo tal y como fue nuestro caso, cierto es que aguataría sin rubores una comida entera. Muy bueno. Y si bien es cierto que este primer champagne ya rayó a un alto nivel, lo cierto es que el segundo resultó apabullante, nada menos de un Jacques Selosse Version Originale. Poco más podemos decir sobre el maestro de lo que últimamente hemos hablado. VO es uno de sus vinos más radicales, pues a su inconfundible estilo le añade el hecho de no tener licor de expedición, por lo que su carácter en boca resulta todavía más salvaje. Esta botella, degollada en 2008, estaba pletórica, con esas notas oxidativas tan complejas en nariz y con ese paso por boca que llena el paladar y lo arrasa con su acidez y potencia sápida. Vino largo en el final, con amplitud y una tremenda presencia. Dos champagnes de muy alto nivel para comenzar. Y a todo esto las ostras habían desaparecido del mapa…

La tercera botella se sirve a ciegas, mientras aparecen unas croquetas de queso de cabra. Se trata de un vino generoso, pero la botella de tipo renano nos despista. Evidentemente no es un Jerez, pensamos en Fondillones, mistelas o alguna garnacha rancia, hasta que aparece el nombre de Alella, una pequeña DO barcelonesa. Sí señor, ese vino generoso que tanto nos está gustando es un Legítimo Generoso seco 1963 de la cooperativa Alella Vinícola, fundada en 1906. Algo más frutal y acaramelado que un oloroso seco, con algo de menos misterio pero con sus propias formas y mostrando una enorme originalidad, se trata de uno de esos vinos que sorprenden por su autenticidad. Sin duda una de las botellas que más nos han sorprendido en los últimos tiempos y que nos demuestra que en esto del vino se aprende a diario probado muchas cosas nuevas. Uno vino de gran clase y notable identidad que nos encantó probar y conocer. Y que recomendamos si se encuentra.

 

Una vez terminado este fastuoso aperitivo nos sentamos a la mesa redonda para, acompañando a una fresca ensalada de langostinos, ir dando cuenta de dos excelentes vinos blancos alemanes, un Chardonnay “R” Spätlese Trocken 2005 de Ökonomierat Rebholz y un Georg Breuer Rüdensheim Berg Schlossberg 2002. El primero de ellos fue decantado la noche anterior y eso resultó un error, ya que solamente las “razas superiores” como es la riesling aguantan tales envites. En boca mantenía fuerza y estructura, aunque en nariz estaba un tanto apagado. Después de la comida tuvimos la ocasión de volver a catarlo recién abierto y la cosa cambió. Vino poderoso y opulento, siempre compensado y equilibrado por su acidez y mineralidad. Podríamos decir que es uno de los mejores chardonays que hemos probado saliendo de Borgoña, un vino que nos muestra el gran trabajo que realiza esta bodega de Pflaz con otras variedades fuera del imperial riesling. Un gran vino. El otro es un viejo conocido, ya que se trata de uno de los mejores riesling secos de Alemania, procedente de uno de los más privilegiados viñedos del Reinghau. Como curiosidad, comentar que en una reciente cata vertical organizada precisamente por los amigos de Vinialia en homenaje a Bernard Breuer, la añada 2002 resultó vencedora para casi todos los presentes. Nosotros habíamos probado otras añadas de este vino y resulta sin duda uno de nuestros favoritos. Pese a que la botella no estaba pletórica, la clase de este vino es innegable y su noble elegancia termina por robarnos el corazón. Una delicia de vino, auténtica quintaesencia de lo que debe ser un riesling.

Y burla burlando ya entramos en el tercer acto, un delicioso plato de pasta que nos encantó a todos los presentes. Muchas veces es complicado de conseguir en la pasta una integración entre esta y su acompañamiento, sin embargo en este plato eran todos una misma unidad, siendo un bocado realmente suculento, con ese toque marino del centollo. Un plato de pasta de este nivel merece un gran Barolo, un Barolo clásico. ¿Y quién es más clásico que Giacomo Conterno? Pocos, muy pocos. La Cascina Francia es uno de los viñedos más elevados de Serralunga, a unos 400-450 metros y ello le da un carácter de austeridad y lento desarrollo a sus vinos. Este Barolo se elabora de forma tradicional y se cría en los habituales “botti” de Eslavonia. El hecho de proceder de una añada buena pero no excepcional, nos da la esperanza de que el vino se encuentre tras 12 años en buen momento de consumo y desde luego que así es. Esto es lo que uno espera de un Barolo tradicional de verdad. Nariz floral, especiada, balsámica, muy profunda y misteriosa y un paso por boca lleno de fuerza, de acidez, de sabor y de hondura, con ese final tánico y elegante que siempre esperamos de estos vinos y que tanto y tanto nos gusta. Un vino enorme de verdad y que nos hace pensar en cómo podría estar esa selección de uvas de este pago que da vida al más famoso de todos los Barolos: el Monfortino. A ver si algún día podemos cruzar nuestros destinos. Seguro que sí.

La tarde va pasando entre risas y copas mientras se acerca el plato fuerte, un delicioso corzo asado, perfecto en su punto de cocción y maceración, servido con su propia salsa. Cuando alguien sabe tratar bien la caza se nota a la legua y desde luego que aquí saben tratarla perfectamente. Acompañamos con otro Barolo, este de corte algo más moderno, un Boscareto 1999 de Fernando Principiano. Se trata de un viñedo de la comuna de Serralunga y de un productor joven que va adquiriendo un cierto prestigio por su buen trabajo. El vino es de color más oscuro que el anterior y sus registros son algo más modernos, pero siempre con esa impronta que nos ofrecen estos mágicos vinos del Piamonte. Está igualmente algo apretado todavía, lo que nos recuerda una vez más que los Barolos del 99 son vinos de larguísimo recorrido. Un vino inferior al grandísimo Cascina Francia anterior, pero igualmente bueno, con mucha personalidad y realmente interesante. Habrá que seguir su trabajo.

Con el postre, un goloso brownie de chocolate con helado de vainilla, llegó el vino más esperado de la velada, al fin y al cabo la principal razón por la que montamos este “sarao”, un Quinta do Noval Vintage 1963. Claro, hablamos del más grande de los productores de Oporto y de una de las añadas más importantes del Siglo XX. El aspecto de la botella es inmejorable y el corcho sí que parece algo deteriorado. Lo bonito de estos vinos es utilizar unas tenazas de degollar, pero es evidente que no disponemos de tal utensilio, así que primeramente nos decidimos por el sacacorchos de varillas. Tras un primer intento no lo tenemos muy claro por la fragilidad del corcho, así que finalmente decidimos utilizar el tradicional. Como es habitual en vinos viejos el corcho queda hecho fosfatina, pero decantando con un filtro evitamos la caída de restos de corcho y por supuesto de los abundantes posos que aparecen en los vintages con años, no olvidemos que no están filtrados previo embotellado.

El vino responde absolutamente a todas las esperanzas puestas en él. Nariz compleja y profunda, de tremenda clase, floral y frutal, esencia especiada. Queda una mínima punta alcohólica que nos recuerda el largo recorrido que tienen estos vinos, este tiene cuerda de sobra para vivir otros 50 años más sin problemas. En boca es donde realmente nos impresiona, siendo un vino lleno de equilibrio y sabor, largo y persistente, de gran elegancia. Un Oporto mítico que supuso el momento álgido de una tarde de esas que se recuerdan.

Después de esta maravilla, uno de esos vinos que ya forman parte de nuestra memoria, finalizamos tomando un fresco y delicioso Pierre Peters Sans Dosage del lote 04/05, que estaba conforme a lo esperado. Un champagne directo, elegante, cremoso, mineral, uno de esos vinos que por su precio y calidad, beberíamos hasta el con bocata del recreo. Un vino para beber a pares que puede disfrutarse a cualquier hora y en cualquier momento. Delicioso y refrescante fin de almuerzo, pero no fin de fiesta.

Nos dirigimos poco después al almacén de Vinialia donde nuestro buen amigo el Herr tuvo la deferencia de abrirnos una segunda botella del Chardonnay de Ökonomierat Rebholz, que puso las cosas en su lugar. No debemos decantar este vino como si fuera un Riesling, hay que darle aire, pero el aire justo. Y se confirmó como uno de los mejores chardonnays no borgoñones catados hasta el momento. También catamos un siempre apetecible Chablis 2007 de Laurent Tribut, un vino de características diametralmente opuestas al anterior, pero igualmente atractivo por su acidez y austeridad. Van prometiendo los blancos de la añada 2007 en Borgoña. Y para finalizar la tarde, una de esas sorpresas positivas en forma de Sekt. Hasta ahora no habíamos tenido grandes experiencias con los espumosos alemanes, pero este Schlossgut Diel Brut 2000 degollado en 2004 estaba pletórico, expresivo, nos recordó a su soberbio Burberg pero con la alegría que siempre provocan las burbujas. Un vino del que sin duda repetiremos con más tranquilidad, ya que era mucho lo que llevábamos encima y aún así nos marcó huella. Una de esas sorpresas que tanto nos gusta recibir.

 

Ya era casi la hora de cenar y de vuelta a la ciudad condal nos dirigimos a un restaurante tradicional de cocina vasca (Ipar-Txoco) que si bien no nos convenció del todo por una cierta irregularidad en la cocina, sí que hay que comentar que pudimos disfrutar en la cena de uno de esos grandes riojas modernos que nosotros, defensores a ultranza del Rioja tradicional, también sabemos apreciar y disfrutar como se merecen: un Contino Viña del Olivo 2001. Este vino nos recordó en parte (sin llegar a ese nivel) al Viña El Pisón 1998 que pudimos catar hace no mucho tiempo en el sentido de que su evolución es lenta, sigue mostrándose joven y primario, con una elegancia asombrosa. Un fantástico vino que no hace sino mostrarnos esa elegancia tan atribuible a al mágico terruño de la Rioja Alavesa, sin duda uno de los grandes mundiales para los vinos tintos.

En fin, que vemos complicado poder aprovechar más y mejor nuestro día de estancia en Barcelona. Bueno, el domingo por la mañana nos dedicamos algo a hacer turismo, el soleado día así lo invitaba. Desde aquí simplemente agradecer a los amigos de Vadebacus, Vinialia, además de a Ramón y Eduard, el inmejorable trato que nos dispensaron y que hicieron de este penúltimo día de febrero, uno de esos días que se recuerdan y que queremos volver a repetir más pronto que tarde.

Que así sea.

Un saludo, Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz)

(*) Las fotografías proceden de la cuenta Flickr del amigo e-calamar (http://www.flickr.com/photos/e_calamar/with/4411747616/)




  1. #1

    HerrDirektor

    Ahhh!!! amigo Eugenio!

    cómo me ha puesto eso de "razas superiores", eres más talibán todavía que yo cuando me refiero a "castas superiores" ;-))

    Qué buena jornada y qué corta se hizo.

    Para que no sea dicho, la próxima le tocará al Ö.Rebholz Chardonnay R 2007, aún más fresco y mineral que el 2005.

    Estoy de acuerdo contigo en que ese 2002 de Breuer no fue una de las mejores botellas abiertas así como te confirmo que el Sekt de Diel para mí sí lo fué.

    Del Oporto, poco más a añadir a lo que comentas: la integración del alcohol me pareció quasi insuperable y en palabras de Andrés Conde "lo difícil de un vintage de Oporto es pillarlo en el momento óptimo de consumo, a veces nos pasamos y a veces nos quedamos cortos", pues éste, doy fé a que estaba soberbio (gracias Carlos González!). Yo sigo pensando también que Quinta do Noval es uno de los tres grandes haciendo Oportos.

    Hasta la próxima que espero no sea tardando mucho!

  2. #2

    EuSaenz

    La verdad es que fue un sábado "non-stop", nos lo pasamos muy bien. Hay que reconocer el excelente trabajo de Ökonomierat-Rebholz con variedades fuera del riesling, hacen muy buenos vinos. Ya sabes, la próxima toca con el amigo Ramonet.

    Saludos,
    Eugenio

  3. #3

    HerrDirektor

    Hans Jörg Rebholz para mí es el "arquitecto" de Pfalz. Domina creo que hasta nueve varietales como nadie y en sus visitas todo da la impresión de estar bajo control. Su dulce de Gewürztraminer del pago Latt es otra bomba año tras año y sus Pinot Noir bastante desconocidos para muchos.

    Ramonet...es catalán, no? :-))

  4. #4

    CarlosPalahi

    Querido Eugenio.
    Leyéndote me asaltan los recuerdos de la entusiasta manifestación vínica que juntos compartimos.
    Ojo que te tomamos la palabra y los de Vadebacus cualquier dia menos pensado aterrizamos por los madriles.
    Yes,we can.
    Saludos.
    C.P.

  5. #5

    EuSaenz

    A ver a ver...estos días tengo por aquí a la mitad de Vinialia. Ayer ya dimos el primer golpe y hoy...el segundo.

    Un saludo,
    Eugenio.

  6. #6

    CarlosPalahi

    Y luego se quejan algunos de lo cansados que son los viajes de negocios...
    A ver si os va a fichar la Interpol con tanto "golpe" :-D

    Saludos.
    C.P.

  7. #7

    Sibaritastur

    Eu vaya como te cuídas amigo,cada vez q te leo es un festival.y encima con los hiperactivos vadebacus,quién pudiera...

  8. #8

    Sibaritastur

    Felicidades a todos por esas reuniones

  9. #9

    in vino veritas

    El Cascina Francia era 98, verdad?

    por como lo describes, no creo que fuera 99.

    menudos festivales os metéis en el cuerpo!!

    hacia mucho que no tenia tiempo de seguir tu blog...es un placer leerte.

    saludos.

  10. #10

    EuSaenz

    en respuesta a in vino veritas
    Ver mensaje de in vino veritas

    Gracias por gastar tu tiempo en leerme, siempre es un placer que grandes amantes del vino como tú se pasen por aquí y me dejen sus impresiones.

    Sí, era 98, lo cierto es que estaba extraordinario, muy clásico, listo para beber aunque con cuerda para rato. El 99 todavía no está para beber, ya sabes que es una añada de larguísimo recorrido.

    Lo que me ha parecido muy interesante es la mejora de los vinos de Ferdinando Principiano, ese 99 del que hablamos estaba bien, pero ayer probamos el Serralunga 2005 y estaba fantástico, siendo el vino básico. Juancho me he comentado que es uno de los productores con más futuro en la zona y que su Boscareto 2004, elaborado bajo la supervisión de Roberto Voerzio, es una joya. Habrá que hacerse con una botella.

    Un saludo,
    Eugenio.


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