Blog de Eugenio Saenz

Château Rayas, quintaesencia de la garnacha

Ayer jueves tuve la gran ocasión de participar en una cata que podemos considerar como un evento único y complicado de repetir pues entraban en escena ni más ni menos que los vinos del mítico Château Rayas, uno de los monumentos vinícolas franceses. 

Se trata sin duda de uno de los principales elaboradores de la AOC Châteauneuf du Pape, y que se distingue por ser el principal abanderado de una de las castas más interesantes y desgraciadamente más denostadas en los últimos tiempos: la garnacha. Así pues, le dimos todo un justo y merecido homenaje a esta maravillosa variedad.

La cata tuvo lugar en la madrileña Enoteca Barolo y estuvo coordinada por César Ruiz, sumiller que trabaja para Alma Vinos Únicos, que es la importadora en España de los vinos del mítico elaborador.

Antes de comenzar la crónica, hagamos un somero repaso a la historia de la bodega. Cuando el notario Albert Reynaud se queda sordo a la temprana edad de 45 años, decide retirarse el campo y compra en 1880 la finca de Rayas para practicar la caza. Su hijo Louis es el verdadero "padre" de la propiedad y ya embotella su primer vino en 1920. A pesar de no tener una formación vinícola exclusiva, ya ve algo especial en esta finca.

Louis muere coincidiendo con la mítica cosecha de 1978 (para muchos el Rayas más grande). Le sucede Jacques, su hijo menor, que logra las máximas cotas de prestigio para la propiedad. Jacques es un rebelde que no tiene ningún reparo en saltarse las normas establecidas por la denominación, pero sus vinos son cada vez más demandados. Muere en 1997 dejando la dirección de la bodega a su sobrino Emmanuel que, tras un pequeño bache, vuelve a recuperar el prestigio de la bodega con dos grandes añadas (1998 y 2001). En la actualidad controla a parte de Rayas, el Domaine des Tours y el Château de Fonsalette.

La orientación de las plantaciones es hacia el norte y el bosque que rodea a las viñas otorga un particular microclima. La composición de los suelos dista de ser la habitual en la AOC de cantos rodados, ya que decide en parte retirarlos. Encontramos principalmente suelos calcáreos y de arcilla.

Las viñas son viejas, de una edad media de unos 30 años y los rendimientos son microscópicos, entre 15 y 18 Hl/ha, recogiéndose las uvas muy maduras, que se vinifican sin despalillar en grandes depósitos de cemento. Se cría sólo en viejos fudres de varios tamaños. Aquí no existen ni la madera nueva ni el acero inoxidable. Las variedades plantadas son 11,8 Ha de Garnacha y 1,8 Ha de uva blanca repartidas entre Garnacha Blanca y Clairette. Elaboran cuatro vinos, el Château Rayas y el Pignan tintos varietales de Garnacha, el Côtes du Rhone La Pialade con las partidas de garnacha que sobran de los dos primeros vinos y el Rayas blanc con Garnacha blanca y Clairette al 50%.

Los vinos catados fueron ni más ni menos que dos añadas de cada uno de sus tres grandes vinos, dos del Châteauneuf blanco (2000, 2001), dos del Châteauneuf Pignan (2001, 2002) y dos del Châteauneuf tinto (2001, 2002). 2000 fue una añada más bien cálida y madura, 2001 una añada plena de equilibrio considerada como grande y 2002 una añada bastante complicada por las lluvias torrenciales caídas en pleno verano.

Dejo un enlace a las notas de cata de los vinos:

Château Rayas Blanc 2000
http://www.verema.com/comunidad/vinoscatados/vino.asp?vino=21048

Château Rayas Blanc 2001
http://www.verema.com/comunidad/vinoscatados/vino.asp?vino=21049

Pignan 2001
http://www.verema.com/comunidad/vinoscatados/vino.asp?vino=21050

Pignan 2002
http://www.verema.com/comunidad/vinoscatados/vino.asp?vino=21051

Château Rayas 2001
http://www.verema.com/comunidad/vinoscatados/vino.asp?vino=21052

Château Rayas 2002
http://www.verema.com/comunidad/vinoscatados/vino.asp?vino=21053

 


Los blancos son vinos muy curiosos, de carácter muy oxidativo y muy grasos y potentes en el paladar. El 2000 es más maduro y poderoso y el 2001 más mineral y cítrico. Me gustó más 2001, aunque no es el tipo de vino blanco que más me convence. En cualquier caso ambos son muy buenos y sobre todo diferentes.

Pignan se obtiene de viñas en cuyos suelos hay cantos rodados (galet). Es algo más tosco que Rayas y más inmediato y estructurado. Es, digamos, más Châteauneuf. El 2001 está realmente bueno, es muy superior al flojo 2002. Este último, estando bueno, no responde a la calidad esperada en estos vinos. Creo que es una añada a evitar.

Rayas se obtiene de viñas en cuyos suelos no hay cantos rodados, siendo arcillosos y calcáreos. Es un vino más fino, menos inmediato y más longevo que Pignan. El 2001 está realmente fantástico, es una perfecta expresión de la garnacha. El 2002, pese a la mala añada, hace honor a su nombre y su fama y se muestra en plenitud, aunque no será tan longevo como 2001. La mezcla de añadas que Rayas efectúa en los años malos ayuda a paliar algo este problema.

¿Los precios? Son vinos caros, la fama y el mito tienen un precio. Oscilan entre 50 a 70 euros del Pignan y el Rayas blanc a los algo más de 100 de los Rayas tintos. Pero si elegimos bien la añada (de las ultimas me han gustado mucho 1998 y 2001) nos encontramos ante vinos de un verdadero nivel mundial y que son sin duda la quintaesencia de la garnacha. Además dan mucho juego en la mesa como demuestra la armonía de un Pignan 98 con un Bacalao confitado que disfrutamos en la última cata con mi grupo. Las añadas míticas más recientes son 1978 y 1995. Quien los pillara…

Grandes vinos para una gran noche. Una fantástica cata.

Un saludo,

 

Eugenio Sáenz de Miera Arnau (EuSaenz)


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