Blecua: Emblema del Somontano

Blecua : Emblema del Somontano

Esta cata del 9º Encuentro Verema en la tarde del sábado estuvo dirigida por Pedro Aibar un histórico de los Encuentros de Verema a los que asiste desde sus primeras ediciones.

En principio la cata se anunciaba como una vertical de Blecuas pero en la práctica fue algo más variado e interesante. Pedro nos deleitó con vinos de las tres bodegas que dirige en el Somontano: Viñas del Vero, Secastilla y Blecua y acabó con uno de sus múltiples experimentos, un vendimia tardía de creación propia no comercializado.

Comenzó haciendo una introducción a la zona de Somontano de la que explicaba que su nombre, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, significa “terreno o región situado al pie de una montaña”. Y este es el caso de esta zona situada a pocos kilómetros de la Sierra de Guara y de la de Salinas, las primeras estribaciones que podemos encontrar de camino a los Pirineos. Esta comarca está regada por los ríos Vero y Cinca y del río Vero es del que la bodega tomó el nombre para sus vinos.


Viñas del Vero

De esta bodega nos mostró Pedro una de sus más preciadas creaciones: el Clarión del que nos dio a catar tres añadas. Comenzando por el más joven catamos primero el Viñas del Vero Clarión 2007 en el que aun estaban bastante presentes los toques terpénicos frutales y cítricos aunque empezaban a perfilarse algunos toques de hidrocarburos y minerales.

A continuación catamos el Viñas del Vero Clarión 2002 donde se apreciaba la evolución de los años matizando mucho más las notas terpénicas y acentuado los toques minerales y de recuerdos a hidrocarburos.

El tercero de la serie fue el Viñas del Vero Clarión 1997 que a pesar de los años seguía manteniendo muy bien la frescura y la fruta y en el que se apreciaban ya ciertos toques amielados.

Nos comentó Pedro que había escogido estas tres añadas porque tenían algo en común: que fueron años bastante frescos.

El año 1996 fue la primera cosecha en la que se elaboró el Clarion del que Pedro se niega a revelar su composición. Solo pudimos conseguir que nos dijera que las distintas variedades que componen su coupage se vinifican por separado y posteriormente se ensamblan y permanecen ya juntas durante unos 4 o 5 meses en barrica.

El siguiente vino fue como un puente para pasar de los blancos a los tintos. Nos presentó el Viñas del Vero Pinot Noir Series Limitadas 2005. Nos comentó que las “Series Limitadas” era un proyecto en plan experimental que realiza con dos amigos enólogos, uno chileno y otro francés. Para este vino contó con la colaboración del enólogo francés Bruno Lorenzón. Es un vino prácticamente desconocido en el mercado del que solo se embotellaron 1000 o1500 botellas. Elaborado con 100% Pinot Noir y buscando un estilo más borgoñón que del nuevo mundo, es un vino con 12% Vol. de alcohol y 9 meses de roble nuevo francés.

Secastilla

Esta bodega toma el nombre del valle de Secastilla un valle con unas condiciones climáticas diferenciadas del resto, con laderas pedregosas situadas a más de los 700 metros de altitud y donde se han recuperado viñedos muy antiguos de Garnacha, la variedad tradicional de esta zona del Somontano. De ella catamos el Secastilla 2001, la primera añada de esta bodega. Elaborado fundamentalmente con Garnacha y con algo de otras variedades como Parraleta, Moristell y Cariñena y con una producción muy limitada.


Blecua

Es la tercera de las bodegas del grupo en Somontano. Una bodega que obtiene sus uvas de una selección de los siete mejores viñedos de Viñas del Vero, cuya vendimia es manual y que tras hacer una cuidada selección de las uvas en la “mesa de triage” se vinifican por separado en “foudres" de roble francés. Los vinos obtenidos envejecen en barricas nuevas de roble francés de Allier de cuatro tonelerías diferentes. Pasados 12 meses se seleccionan las mejores barricas de cada unos de los vinos y tras el ensamblaje definitivo se llevan a barricas 8 meses más, lo que da un total de 20 meses de crianza. Terminada la crianza se embotella el vino sin ser sometido a procesos de estabilización ni filtración.

Las variedades utilizadas para los Blecua son: Merlot, Cabernet Sauvignon, Garnacha y Tempranillo. La primera cosecha comercializada de Blecua fue la de 1997 del que solamente se embotellaron 15 barricas.

Seis fueron los vinos que catamos de esta bodega. Comenzamos por el Blecua 2007 un vino que aun no está en el mercado que catamos de la barrica y que resultaba goloso, algo licoroso con fruta muy dulce y al que le faltaba integrar la madera para redondearse.

Seguimos con el Blecua 2005 que tenía algo más integrada la madera y pasamos al Blecua 2004 que es el que está actualmente en el mercado y que sí mostraba ya una redondez exquisita con toques mentolados, balsámicos y un toque de pimienta que denotaba la presencia de la Cabernet en mayor proporción que el resto de variedades. Un vino delicioso para beber ya. El siguiente fue el Blecua 2002, una cosecha muy pequeña (2000 botellas) por las malas condiciones climatológicas de ese año. Se notaba más apagado, menos balsámico y falto de redondear. También el Blecua 2001 que catamos a continuación tuvo condiciones climatológicas adversas ya que las lluvias complicaron excesivamente la vendimia en Somontano. De todos modos era un vino con una fruta deliciosa, con frescura y con expresión de redondez.
El último que catamos de esta serie fue el Blecua 1998, la cosecha mítica del Somontano un delicioso vino goloso en nariz, con toques de fruta madura y agradables notas balsámicas.

Por último nos presentó un Gewürztraminer Vendimia Tardía de 2007, un vino sorpresa que no esperábamos y que nos contó fue otro de sus experimentos realizado con  un bodeguero australiano. Es una Gewürztraminer con botritis noble de la que solo hizo 140 botellas de 50 cl. y que no ha vuelto a repetir. Un vino muy agradable con marcadas notas de corteza de naranja y de melocotón.

La cata finalizó con un animado turno de preguntas y comentarios y con una pequeña votación sobre cual de los Blecuas nos había gustado más. Ganaron el 1998 y el 2004 que curiosamente, según comentó Pedro, eran las añadas que más proporción de Cabernet Sauvignon presentaban en el coupage. A nivel particular a mi me gustó también mucho el 2001.

Resumiendo, una magnífica cata en la que fue una delicia poder escuchar a Pedro Aibar comentar los detalles de sus vinos aunque no hubiera forma de sonsacarle la composición del Clarión...  ;-)