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Encuentro de Foreros: Dinastía Vivanco. La Rioja (II)

El sábado 17 de octubre se presentaba como un día duro. Tras una tarde catando y cenando en Bodegas Muga y algún que otro gin-tonic tomado en Haro, nos esperaba un largo día en Briones, donde visitaríamos el Museo de la Cultura del Vino y las instalaciones de la Fundación Dinastía Vivanco.

Desayuno completo, calzado cómodo y coger el coche para llegar a las 11h al centro de recepción de la Fundación Dinastía Vivanco. Allí nos esperaban Rafael Vivanco, parte de la dinastía Vivanco y enólogo de la bodega que llega el apellido de la familia; y Javier Fernández de Bobadilla, responsable de márketing y comunicación de las Bodegas.

Rafael nos explicó cómo desde unos humildes orígenes de viticultores riojanos, su familia fue prosperando, pasando a ser una empresa que facturaba una gran parte del vino a granel que se vendía en La Rioja, en épocas donde había mucho viticultor y poco bodeguero. Pero poco a poco el afán de superación de la familia y la pasión por el vino, sobre todo del padre de Rafael, Pedro Vivanco, despierta la necesidad de crear un vino más personal, aumentar la calidad y poder así llevar el apellido de la familia. Con estas premisas, Pedro Vivanco inicia este proyecto y da ese nombre de Dinastía Vivanco al proyecto con el que piensa "devolver al vino lo que el vino le ha dado", una frase que toma fuerza a medida que la visita por las instalaciones va avanzando. Nacen así distintos proyectos,  por un lado la Bodega Dinastía Vivanco, por otro lado el Museo de la Cultura del Vino y, englobando a estos dos y otras múltiples actividades, la Fundación Dinastía Vivanco. 

La curiosidad del padre de Rafael por el mundo del vino lo lleva a ser un coleccionista compulsivo de viejos aperos de labranza, libros relacionados con la viticultura y la enología y, apoyado por su mujer, obras de arte que giran en torno al mundo del vino. Y este pequeño pasatiempo familiar, este afán de acumular vestigios de la cultura del vino y representaciones artísticas del mismo, pasa a engrosar grandes almacenes donde la familia, ayudada por sus hijos, Rafael y Santiago que se ven abducidos por este fetichismo familiar, acumulan un gran número de objetos relacionados con la cultura del vino. El proyecto del Museo de la Cultura del Vino solo era cuestión de tiempo y paciencia, pero lo que estaba claro es que este tesoro no podía estar guardado en almacenes, había que mostrarlo al mundo. 

Tras esta pequeña introducción y presentación de los distintos proyectos de la familia riojana, pasamos a visitar las cepas plantadas en las inmediaciones del complejo enológico. Cata de uvas para novatos dirigida por Rafael, sumamente interesante desde el punto de vista técnico, donde se descubrieron algunos de los secretos que los enólogos manejan para la selección de las mejores uvas y del punto óptimo de maduración, pieza clave en la vendimia y, por ende, de la calidad final del vino.  Pudimos además pasear por jardines de vides de infinidad de variedades distintas, muchas de ellas desconocidas para algunos de nosotros. Y poco a poco, fuimos acercándonos a la bodega 

La visita a la bodega en sí es sumamente interesante, un gran despliegue de medios tecnológicos, pulcritud en cada de un de las salas, con especial mención a las inmaculadas barricas que se conservaban con esmero y dedicación, así como la meditada arquitectura de las distintas salas e instalaciones, hacen que te sientas en el interior de una gran templo faraónico, en el que se mima hasta el más mínimo detalle y se invierte sin remilgos en todo aquello que sea positivo para la elaboración del vino. Pudimos observar todo el proceso de elaboración en directo, desde la recepción de la uva, selección, despalillado, estrujado, paso a las tinas de fermentación, barricas, etc. Llama la atención la sala de fermentación totalmente mecanizada, controlada al máximo y perfectamente inmaculada, al igual que lo estaba la sala de barrica de temperatura y humedad controlada, como la enorme sala donde duermen un gran número de barricas en silencio y paz. Una sala de cuidad arquitectura funcional donde la misma construcción ayuda a la ventilación del espacio y lo dota de gran majestuosidad, coronando el centro de la sala con un gran tragaluz.

Paramos a la hora de comer para disfrutar del restaurante ubicado en el mismo Museo, un local con vistas excepcionales de los viñedos y los pueblos de San Vicente de la Sonsierra y Briones. Un menú con raíces, cocina de mercado, donde pudimos disfrutar de una magnífica comida riojana acompañada de los vinos de la Bodega Dinastía Vivanco. Con el café se entregaron los premios Verema a los foreros en las distintas secciones de la web. 

Tras la comida nos esperaba el ansiado paseo por el museo. Había oído hablar muy bien de él, pero lo cierto es que sorprende a pesar de lo descrito. En mi opinión, no es necesario ser un amante del vino para visitarlo, sino que es de visita obligada para el viajero que descansa en La Rioja, entendiendo dicho museo como pieza clave para entender la cultura del vino, que es la cultura de estas tierras y de nuestro país, una cultura milenaria de la que dan fe los distintos objetos y obras de arte que la familia Vivanco ha ido atesorando durante largos años. Especial atención me mereció el muestrario de piezas sobre la evolución de la botella de vino, la vasta colección de sacacorchos, algunas de las piezas que databan del siglo II o los amenos y esclarecedores videos que se proyectan en las diferentes salas del museo.  En cuanto a las representaciones artísticas solo decir que me quedé pasmado con la cantidad de obras de gran valor que posee este museo, desde cuadros renacentistas hasta Miró o Picasso, mosaicos centenarios perfectamente conservados, columnas talladas en madera con uvas y hojas de parra... Todo un conjunto de verdaderas joyas artísticas que bien merecen la pena el paseo.

Para finalizar el día, volvimos al restaurante y catamos los distintos vinos de la bodega, de entre los que destacaría los monovarietales, sobre todo el sorprendente Graciano. Los vinos catados fueron:

Vivanco Viura-Malvasía 2008
Vivanco Tempranillo-Garnacha 2008
Dinastía Vivanco Crianza 2005
Dinastía Vivanco Reserva 2004
Colección Vivanco 4 Varietales 2005
Colección Vivanco Parcelas de Mazuelo 2007
Colección Vivanco Parcelas de Garnacha 2006
Colección Vivanco Parcelas de Graciano 2006

Aun hubo tiempo de realizar algunas compras en la coqueta tienda que poseen y agradecer en persona a Rafael y Javier el estado con cien locos por el vino, un sábado tras la vendimia, desde las once de la mañana hasta pasadas las nueve de la noche.


  1. #1

    ramico

    Espectacular bodega, increible museo, habra que volver, digo yo.

  2. #2

    Alfredo_Maestro

    Yo seguro que vuelvo.

  3. #3

    BacoVive

    Estupendo día el que pasamos en Dinastía Vivanco. Completísimo ya que la bodega no escatimó ningún esfuerzo e interés para mostrarnos todo, incluso estuvimos en la sala de selección de uvas donde estaban trabajando y que se vio invadida por más de ochenta personas.
    Una gran visita y unos estupendos anfitriones.

  4. #4

    Dani C.

    Como bien dices Carlos, los anfitriones estuvieron muy por encima de lo que, al menos yo, esperaba de una visita en sábado y tras una vendimia, y así se lo hice saber tanto a Rafa Vivanco como a Jorge Muga, que tampoco se quedó atrás en detalles y despliegue de medios.

  5. #5

    Nacho_G.F.

    La verda es que la visita fue excelente, sólo lamento el poco tiemp que tuvimos para el Museo, pero no está mal haber dejado cosas sin ver para tener un motivo de vuelta.

  6. #6

    consuelo_espinosa

    Excepcionales instalaciones, y excepcional recibimiento y atención durante todo el día de Rafa y Javier. Merece la pena volver para visitar el Museo con mas detenimiento, no solo por la impresionante colección sino también por la forma de mostrar y presentar los objetos y obras de arte. Mi enhorabuena por el trabajo que han realizado, y millones de gracias a la Bodega por la atención que nos prestaron.

  7. #7

    pepecano

    Magnifico el museo, lo he visitado dos veces y aun no lo he visto bien, necesitas mucho tiempo para verlo de verdad, los videos son de una gran calidad.

  8. #8

    Gordongecko

    Me imagino que teniendo concertada la visita y siendo atendidos por los dueños lo pasaríais fenomenal. Yo no tuve tanta suerte este verano cuando fuimos atendidos por un enólogo prepotente que pasó la visita como un mero trámite deseando terminar para irse a comer. Muy diferente a las experiencias de Bodegas Ontañón y Franco Españolas. Creo que a estos de Vivanco se les ve mucho el plumero con el show que han montado para sacar pasta.

  9. #9

    Dani C.

    Bueno, sobre puntos de vista no opinaré. Lo que sí te digo es que esta familia tiene un gran capital que en vez de invertir en yates, coches, joyas... ha invertido en el vino y a mí, personalmente, me parece admirable.

    Si hay negocio, pues no lo sé, ahora, que van a necesitar muuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho tiempo para amortizar esa inversión, también te lo digo.


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