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La Diva: Cata de Rieslings en el 8º Encuentro

Última cata del 8º Encuentro Verema el sábado 28 de febrero. Tras dos días de catas, miniferias y actividades relacionadas con el mundo del vino, solo un gran colofón podía hacer que el nivel no decayese y los asistentes prestaran toda su atención. Este duro papel le tocó jugar a Michael Wöhr y sus vinos alemanes en la que fue, sin lugar a dudas, la mejor de las despedidas.
La apuesta de Michael fue dura: cata horizontal de la añada 2007, cata vertical del Gran Cru de Pechstein de Dr. Bürklin-Wolf, y tres vinos dulces, Kabinett, Spätlese y Auslese. En total 13 joyas del viñedo alemán.

La sesión se inició con una didáctica introducción sobre los vinos alemanes, las distintas zonas, las clasificaciones, peculiaridades de "La Diva" y el valor del terruño. A continuación Michael Wöhr nos habló de las peculiaridades de la añada 2007 como preámbulo a esa cata horizontal.

Cata horizontal Riesling de 2007

Esta añada 2007 ha sido espectacular con unos resultados enológicos excelentes. Atrás queda el problema de la falta de madurez en tierras germanas. La temperatura del planeta aumenta y eso se hace notar en esta región vitivinícola que desde hace veinte años ha dejado de padecer este problema, obteniendo mayores puntos de maduración.

Este 2007 ha sido, junto al año 1945, la añada con la brotación más temprana de la historia del viñedo alemán, apareciendo los primeros brotes en la primera quincena de mayo. Este hecho, por contra, tiene el peligro de que heladas tempranas acaben con la producción o la reduzcan dramáticamente, aunque por suerte, este 2007 no ha padecido estas heladas y la producción ha sido muy buena.

Mayo y junio fueron meses templados y además estuvieron precedidos de lluvias abundantes, aprovisionando el subsuelo más profundo de agua. Julio y agosto disfrutaron de temperaturas suaves de alrededor de 25ºC, con borrascas cada dos o tres semanas que contribuyeron a mantener una gran acidez en la uva.

Estas excelentes condiciones climáticas y el ciclo vegetativo más largo de la historia en Alemania, hacen que la mineralizad de esta añada sea extraordinaria. Las raíces han tenido tiempo de buscar en las capas más bajas su sustento, lo que ha ocasionado un mayor contacto con los materiales minerales más puros del perfil edáfico. El resultado es una uva de gran acidez, la gran virtud de la Riesling, y una mineralidad marcada que dota de carácter a cada zona y pago.

El viaje por el viñedo alemán partió desde el Sur, el Palatinado, y unos de los más importantes productores de la zona, Dr. Bürklin-Wolf, la mayor explotación vinícola alemana en manos particulares. En este caso probamos el Ruppertsberger R 2007, vino que, como es habitual en la zona, recibe el nombre del pueblo en el que encontramos el viñedo, en este caso el pueblo de Ruppertsberg. Este es el segundo vino del Gran Cru Gaisböhl, asentado sobre un terreno de grava arcillosa sedimentada.

Interesante la matización que Michael Wöhr hizo sobre el color de los Rieslings, asegurando que en esta variedad no podemos identificar la añada por el color, ya que son vinos de color muy estable que no evolucionan con facilidad, síntoma de la indiscutible capacidad de guarda que muchos hemos experimentado al catar algunos de estos vinos de añadas viejísimas. Así pues, el color de la Riesling es indicativo de la zona y terreno en la que crecen. En nariz es un vino fresco, con notas cítricas muy maduras, aromas tropicales y fruta de la pasión. En boca domina la fruta primaria, se desata la excelente acidez de "La Diva", la gran diferencia entre la Riesling y el resto de blancos del mundo, una acidez marcada por un escaso contenido en ácido málico, una acidez que no pica en la garganta, solo prolonga el sabor y el postgusto. Y esta acidez es la que lo hace un vino con un gran potencial de maridaje, lejos de la clásica asociación con el pescado que, en este caso, puede verse eclipsado por la potencia de esta boca afrutada, siendo más recomendable la combinación con las aves o pescados más grasos, como el rodaballo que el propio Michael Wöhr recomendó.

Con el segundo vino nos desplazamos hacia al Norte, a la región de Rheinhessen. Se trata del Westhofener Riesling S de Wittmann. El viñedo disfruta de un suelo de caliza en profundidad cubierta por una capa de arcillas. Solo 50Km de diferencia entre estos dos vinos y un perfil bastante distinto. Es una zona de monte bajo con ausencia de árboles altos, una zona con altas rachas de viento y terrenos pesados, calcáreos, que dan ese carácter expresivo y ese bajo pH. Es el segundo vino de esta bodega pero de viñedos calificados, cuya única diferencia es la edad del viñedo, en este caso, cepas de menor edad.

En este caso la nariz nos da unas notas más verdes, menos maduras que el Ruppertsberger, con aromas de pomelo, lima y cítricos verdosos, con un fondo floral muy sutil. Una nariz franca, directa, con una fruta primaria algo más verde. En boca la acidez es fresca, marcada, con una sensación inicial "petillant", unas notas cítricas y moderada mineralidad en boca.

Volvemos a desplazarnos más al Norte, a la zona del Rheingau, con el vino Rüdesheim Estate de Georg Breuer. Volvemos a ver cómo la fruta que se percibe es más fresca que en los dos anteriores, con notas de pomelo, cítricos verdes, lima, flores, jazmín, piña y notas amieladas. En este caso el terreno es de cuarcita desfogonada y pizarra, lo que se transmite en boca donde las notas minerales inundan el paladar. Es un vino fino, muy equilibrado, menos inmediato que los dos anteriores, más sutil y más seco, con una sensación cítrica de ralladura de lima y una complejidad que deja entrever su gran capacidad de guarda y una acidez que vertebra el conjunto. Perfil ya muy mineral y elegante, hay que trabajarlo más en copa para oxigenarlo y que vaya desplegando todo su potencial.

Cuarto vino de la tarde proveniente de la zona de Nahe, de las bodegas Emrich-Schönleber, este Mineral 2007 ya no recibe el nombre del pueblo en el que encontramos el viñedo, sino que hace referencia a la mineralidad del terruño, compuesto por una mezcla de guijarros de cuarzo y pizarra azul. Se trata de una zona altísima, en el penúltimo pueblo en altura donde se cultiva la vid en Alemania. Las últimas siete añadas han sido excelentes en esta zona, con grandes pagos y grandes vinos que están disfrutando en los últimos años de puntos de madurez óptimos para la elaboración del vino. Volvemos a vinos de 12-13º de volumen alcohólico. Se trata del segundo vino del pago de Halenberg, de nuevo las mismas condiciones de terruño y clima pero viñedos más jóvenes.

En nariz volvemos a encontrarnos con un vino complejo, con aromas de lima, flores, miel, incluso unas notas de fruta roja y frutillos silvestres. Fruto de esa viticultura en altura encontramos en boca una acidez altísima pero bien integrada, lo que hace que este vino pueda disfrutarse en estos momentos, pese a que con el tiempo el vino estará más trabajado y maduro. Esta ha sido la grandeza del 2007 en esta zona, la inmediatez con que estos vinos tan discretos en su juventud estén en estos momentos en plena forma. Mineralidad muy pura y recuerdos a melocotón y níspero. La recomendación de maridaje de Michael para este vino fue clara y concisa: bogavante o "crustáceos de los gordos".

Cuarto y último vino de esta primera serie: Schieferterrassen de Heymann-Löwenstein, ubicado en el corazón de la Riesling, el Mosela y sus afluentes Saar y Ruwer. En este caso los viñedos se encuentran en el Mosela bajo, cerca de la ciudad de Koblenz, entre el Rin y el Mosela. El nombre proviene de la forma de cultivo, terrazas de pizarra literalmente.

En nariz destacan las minerales que se apoderan del conjunto. Tras ellas unos aromas florales, frutos con hueso como el melocotón verde, notas tostadas, pizarrosas y recuerdos a pieles de pistacho. En boca vuelve a estar marcado por la notable mineralidad, es más recio que en nariz, menos amable en sus matices por retronasal y con una marcada acidez. Esta sobriedad se ve aligerada por ese azúcar residual de miel de espliego que madura el conjunto, lo refina y lo pule. Es largo y de una elegancia extraordinaria, con esa sensación de estar bebiendo zumo de piedra.
Un vino más amable de lo que se esperaría de esta zona, donde solemos encontrar vinos más secos, más toscos en sus añadas más recientes. En este caso el vino tiene algo más de azúcar residual, equilibrando ese trío que es el secreto de Riesling: acidez, alcohol y azúcar residual.

To be continued...

  1. #1

    AntonioJesus.AkatA

    Nuevamente Dani relata a las mil maravillas!, además de resultar entusiasmado por esos vinos, me impactó la didáctica de Michael a la hora de impartir una cata, y en esta ocasión si que podemos decir CATA MAGISTRAL.

  2. #2

    in vino veritas

    Riesling me softly :-)
    cuanto menos se de riesling, mas experto me hago en "divas", de locos.

    enhorabuena, me ha encantado lo de la acidez "distinta" (malico bajo) y la descripcion de la añada, entre otras muchas cosas

    saludos

  3. #3

    AntonioJesus.AkatA

    Me quedo con todos los vinos, son tan peculiares y expresan tanto el concepto 'terroir' -que tiemblen la madre France-; 1º Dr. Bürklin-Wolf Ruppertsberger Riesling 2007 Carácter Vegetal y Mineral, resultando rico en acidez... 2º Wittmann Westhofener Riesling “S” 2007 Joven con nervio cítrico y excelente acidez... 3º Georg Breuer Rüdesheim Estate 2007 Cítrico y floral, con esencia mineral... 4º Emrich Schönleber Mineral 2007 Fino, complejo y mineral... 5º Heymann-Löwenstein Schieferterrassen 2007 Auna potencia y sutileza, fresco y mineral en boca.
    Resalto un adjetivo común, Mineral y Acidez.

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