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Maloláctica: una fermentación que no es 'secundaria' en la enología moderna (II)

Tal como comentábamos en la anterior entrega, las bacterias lácticas se pueden clasificar de la siguiente forma:
Clase Esquizomicetos
Orden IV: Eubacteriales
Familia X: Lactobacillaceae
Tribu I: Streptococceae
Género: Streptococcus
Género: Leuconostoc
Género: Pediococcus
Tribu II: Lactobacilleae
Género: Lactobacillus
 

De entre todas ellas, se ha probado empíricamente que las más importantes son Leuconostoc oenos y Pediococcus sp. Pero quienes quiera que fuesen, lo que es realmente de suma importancia para nosotros, enófilos, es la manera en que la FML afecta al vino, su reconocimiento y control.

Una vez que los factores externos a la bodega hayan sido tenidos en consideración (técnicas de cultivo de la vid, variedades de uva, factores biológicos, etc.) la FML puede verse básicamente influenciada -y por lo tanto controlada- dentro de la bodega por los siguientes factores:

 
1.  El pH del vino: tanto pH bajos como altos inhiben el crecimiento de las bacterias lácticas y por lo tanto la FML (especialmente cuando los registros están por debajo de 3 o por encima de 4,5).
2.  Temperatura: Las bacterias lácticas crecen y se desarrollan mejor con temperaturas cálidas (20º C y por encima). Temperaturas más frías (menos de 15ºC) harían que la FML se detuviese. En el pasado, antes de que se introdujese la tecnología del frío, la FML ocurría de manera natural conforme subían las temperaturas en el verano.
3.  Dióxido de azufre: Las bacterias lácticas son muy sensibles a este compuesto. Por ello, mediante el añadido de pequeñas cantidades de este compuesto, puede prevenirse la FML. Como el SO2 se volatiliza rápidamente, su desaparición puede provocar un abrupto desencadenamiento de la fermentación maloláctica.
4. Etanol: Un contenido volumétrico alto de alcohol previene la FML, pues éste destruye las bacterias lácticas. Es por ello que si se inoculan cepas de bacterias artificiales, se suele hacer justo después de que haya comenzado la fermentación alcohólica, pues los niveles de alcohol son todavía relativamente bajos, las temperaturas son altas y el SO2 se ha evaporado.
5. Micronutrientes: Las bacterias lácticas necesitan de grandes suministros alimenticios. Las lías (células muertas de levaduras) representan una fuente importante de nutrientes. Debido a ello, el removido de la lías era originalmente llevado a cabo para coadyuvar el comienzo de la fermentación maloláctica, aunque actualmente ya tenga otros valores que son tan o incluso más importantes que causar la FML.
6. Otros factores influyentes son el nivel de oxígeno, ácidos orgánicos, taninos y otros polifenoles, levaduras y tipología de éstas, envejecimiento en barrica, así como factores técnicos tales que la vinificación a temperatura controlada, desfangado, escurrido, tiempo de maceración, remontado, trasegado, clarificación y filtrado, etc.
 
Como las bacterias convierten ácido málico (característico de la manzana, potente) en ácido láctico (característico de la leche, suave) el vino resultante está más pulido y es más 'mantecoso'. Tras la fermentación maloláctica el vino se tornará más estable. ¿Por qué? Porque éste podría sufrir la FML por sí mismo, a pesar de todos los esfuerzos para impedirla. Si esto ocurre en la botella, acarreará problemas, ya que todas las fermentaciones generan CO2 lo que no sólo puede empujar el corcho fuera de la botella, sino que también puede provocar la generación de excesivos sedimentos, perjudicando cualquier limpidez que el elaborador hubiera podido conseguir. Vayamos seguidamente a apuntar efectos más específicos de la FML por tipología de vinos:
 
Tintos
Los vinos tintos son normalmente más estructurados, ácidos y tánicos que los blancos y, generalmente, necesitan ser suavizados. Algunos vinos de base de la Península Ibérica, de zonas muy soleadas y secas, provenientes de uvas maduras o sobremaduras pueden tener que ser acidificados una vez transcurrida la FML. En el caso de vinos de calidad, no debería haber problemas si la vendimia se realiza a su debido tiempo para cada una de las castas y majuelos o terruños específicos. Una excepción sería el caso de los vinos jóvenes de maceración carbónica, los cuales suelen ser elaborados para que tengan una notable capa de color y estén cargados de fruta (características conferidas por los niveles de ácidos orgánicos y especialmente de málico). El uso de compuestos sulfatados y nitrógeno permite prevenir que estos vinos sufran la FML, manteniéndolos lo más frescos posibles para consumo inmediato (Rioja, Jumilla, vinos canarios).
 
Blancos
A algunos vinos blancos de uvas como la macabeo, airén, xarel.lo, parellada o chardonnay, que dan vinos afrutados, frescos, ligeramente ácidos y ligeros para consumo joven, se les impide que pasen por la FML. Los vinos envejecidos o fermentados en barricas (vinos más estructurados, con niveles de alcohol más elevados) que precisan de un estilo más graso, complejo y de taninos más suaves, deben ser sometidos a la FML (albariño, verdejo, arinto, malvasía).
 
Espumosos
Como quiera que los espumosos elaborados con el método de Champán sufren una segunda fermentación en botella causada por la introducción de levaduras anaerobias y por la cual se desprende CO2 que se mantiene dentro del vino embotellado; no es inusual que a muchos de estos vinos se les prevenga de sufrir la FML, ya que brindarán aromas y sabores más frescos si se consumen en su juventud. Algunas turbulencias pueden aparecer si arranca la FML en botella, pero esto no suele suceder dada la falta de oxígeno y nutrientes (especialmente en los muy reverenciados 'secos').
 
Generosos
Aquellos vinos encabezados con alcohol son inmunes a que ocurra la fermentación maloláctica. Pero no es menos cierto que algunos vinos tintos generosos (Oporto, Madeira, Jumilla, Alicante) hacen la FML antes de ser encabezados, para suavizarlos y que los taninos se integren. Una mención especial debe ser hecha de los vinos de crianza biológica (vinos de Jerez-Sanlúcar de Barrameda o Montilla-Moriles). En este caso se previene la FML, ya que la degradación de ácido málico en alcohol se realiza por levaduras del género Saccharomyces, mientras envejecen mediante el sistema de Soleras y Criaderas.
 
Se pueden encontrar bacterias lácticas en los hollejos, hojas y sarmientos o incluso en el equipamiento dentro de las propias bodegas (muy especialmente en utensilios de madera, destacando entre todos las barricas usadas). Aunque también pueden adquirirse cultivos artificiales en comercios especializados en equipamientos vinícolas. Provocar la FML o hacer que los vinos no la sufran, son hoy en día prácticas habituales en bodegas de todo el mundo y dependerán de los resultados que los elaboradores deseen obtener. Este segundo 'milagro', que siempre se ha visto ensombrecido por su hermana mayor, la muy conocida fermentación alcohólica, es ahora una materia ineludible e importantísima en el manual de cualquier enólogo que se precie. Por fin la FML ha encontrado su lugar apropiado en la enología mundial.
  1. #1

    Nettel

    Muy pero muy bueno, gracias por la información, en esta segunda parte encontre cosas nuevas... Os felicito por este artículo.


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