Tomado en Sevilla junto con otros aceites y disfrutandolo con pan y un buen jamón ibérico. Ya he dicho que no soy un experto en aceite, pero hay algunos que me entusiasman, aunque no sea más que untado en pan y este en concreto es el que más me ha gustado, es un aceite maravilloso. Color amarillo verdoso y un poco velado por el no filtrado. En nariz aromas frescos, profundos. Huele a verde. En boca delicioso, muy sabros y delicado.

Bonito color verdoso y brillante con destellos dorados y aspecto velado.
Presenta aromas expresivos de buena intensidad, frutado, herbáceo, hierbas aromáticas como tomillo, tomatera, alcachofa fresca y rama de olivo.
Entrada en boca suave, almendrado, dulce, equilibrado y conjuntado, con ligera amargosidad y buen punto de picantez final. Correcta persistencia.
Rico para acompañar unas tostadas.

Amarillo verdoso con ribetes dorados. Ligeramente velado imagino que por la falta de filtrado. Emocionante la nariz. No existen falsos artificios, huele a verdad. A una verdad compleja como la vida misma. Huele fresco y profundo, huele a dulce, huele a verde, huele a un policromático Sur. Ese sur mestizo que se ha ido construyendo a base de verso y martillo que muy alejado se encuentra de fáciles y folclóricos acercamientos.
También enorme en boca, muy franca, compleja y delicada. Maravilloso.