Probé el Oleum Rex durante mi segunda visita a la Península Ibérica, y quedé impresionado por la exquisita sensación aterciopelada, tanto de la textura como del balance de este magnífico, balanceado y elegante aceite. Acompañó perfectamente los platillos sefardíes, y llegó incluso a no extrañar la ausencia del siguiente platillo durante la espera, al disfrutar de él con el pan de la Ciudad de Córdoba.

Realmente es un aceite delicado y sabroso de una variedad griega que se cultiva en Córdoba. Tiene una náriz intensa y en boca es afrutado con algún toque amargo pero que le dan cierto atractivo. Para comer crudo, con ensaladas de tomates, como lo he comido hoy. Muy bueno.

Una variedad griega en una zona tan tradicional como Córdoba es algo que llama, sin duda, la atención. Pero este aceite es una delicada y seductora elaboración que tiene un nariz intensa, expresiva, con notable profundidad en la que destacan las notas herbáceas y los recuerdos a tomatera. En boca es sumamente atractivo, llena la boca con delicadeza, con una trama que es pura seda, frutado, con toques amargos comedidos y picantes casi imperceptibles. Largo y equilibrado. Ideal para tomar en crudo, aliñando una ensalda o símplemente sobre una hogaza de pan ligeramente tostada. Excepcional.