Esperando que el paso del tiempo mejorara la situación un nuevo contacto, que no elección, formando parte del servicio de un cóctel en el mismo restaurante Suma, me permite ver que la evolución del vino no va a peor, pero tampoco es que progrese con su paso por botella.

Es un vino fácil, que hace agradable el comer sobre todo los entrantes pero que se queda muy corto en cuanto entra algo más sólido.

Un vino que para aperitivo podría tener su uso puesto que además un buen precio permite no encarecer el global del evento.

Es el blanco habitual del restaurante Suma y es una pena no tener más opciones de blancos ya que es un verdejo básico, que cumple sin enamorar.

Es cierto que para tomar, con tiempo por delante antes de comer, se hace más interesante ese punto semitropical del verdejo que queda mejor en el aperitivo y que lo hace menos interesante incorporado en la comida.

No es lo mismo el verdejo que el sauvignon blanc que embotella esta bodega.
El verdejo no sale del pelotón de los torpes de verdejos afrutaditos y fresquitos que es lo peor que puede calificar a un vino.
Por contra la elaboración del sauvignon que hacen, está por encima de la media, claramente.

Tipico verdejo sin nada especial.
Color amarillo con reflejos verdosos, limpio, brillante. En nariz aromas de correcta intensidad a fruta blanca (manzana) y tropical (melon, lichi), prevaleciendo aromas dulzones. En boca es fruta tropical, leve acidez cítrica, suave y persistencia correcta.