No ha perdido ni un ápice de frescura.

En la nariz va poco a poco, precisa tiempo. Hay fruta roja madura, hay cerezas en todos sus estados, desde cereza roja fresca, madura y con un ligero aspecto licoroso. Se abre, se quita la maraña que le cubre y se muestra la fruta fresca, más franca e incluso chispeante, recuerda al caramelo kojak. Al tiempo se torna algo floral, como a un prado de hierba y flores amarillas. Conforme pasa el tiempo y entramos al interior de la botella el aroma es más concentrado, muestra el terruño, hay humus, un grato verdor, cierta rusticidad, se atempera, se torna más serio, surge un aroma tostado, cremoso, casi láctico, es un leve recuerdo a yogur de frutas del bosque. Al final se percibe un aroma como a azúcar quemado o mermelada requemada, como no, de cerezas.

En la boca es fresco, algo jugoso, hay una acidez algo resaltada, pero bien compensada, sale la fruta roja, un grato regaliz y un tanino que se agarra con sutileza y que queda domado, gracias a la frescura y a un grato aspecto cálido. Va ganando en cuerpo y amabilidad, sin perder ese punto rustico y terroso, se doma a la bestia, se torna más envolvente. En la boca queda una leve nota de dulzor y de amargor, junto a la frescura chispeante, es como cuando comes una mora roja.

Apostemos por esta gran variedad, apoyemos iniciativas como esta, se lo merece, es un gran vino de un gran elaborador.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    All I Oli

    Touché, my friend!!!! ;)

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