Este champagne le queda tiempo, va evolucionando en la copa, pero evolucionará más en botella. Probado en la cata de la maison de Louis Roederer en el Celler de Gelida. Color amarillo dorado claro con buena espuma y burbuja. En nariz aromas a fruta blanca, flores, y pasteleria. Aparecen también los cítricos. En boca se muestra con una gran acidez que te hace ensalivar y por esa razón es largo, pero con el tiempo me imagino que esa acidez de entrada en boca se hará más suave y elegante. Es un champagne fresco y frutal, con recuerdos de pastalería. El final es largo y persistente. Un champagne con clase, pero que le queda tiempo para mostrarse.
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