Ocho días después.

Mi ultima botella, la he disfrutado basstante, sobre todo con el acompañamiento que le he "dedicado".

Hay que recordar, tal como se indica en las valoraciones anteriores, que es un vino con una nariz bastante notable, con mucha fruta, cítricos y toques de bollería, entre otros aromas, y en la boca es, ademas de frutal y tener toques dulzones, es expresivo, equilibrado, complejo y bastante amable.

Todo esto se consolidó con un arroz con bogavente que quitaba "er sentio", como dirían los andaluces. Nunca crei que esta armonía iba a resultar tan placentera.

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