Dos años después volvemos sobre este vino hecho al 100% con garnacha aragonesa. Fue el segundo vino que acompañó a un Costamagna Barbera D´Alba 1980. Abrimos la botella y la dejamos airearse por una hora y servimos a 17°C. Veamos cuál ha sido su evolución:

VISUAL: De color rojo picota de capa alta con un ribete burdeos muy brillante y cristalino. De abundante lágrima fina y cristalina (93).

OLFATIVA: A copa parada sigue siendo eminentemente frutal, mucha fruta roja madura y fuertes apuntes ahumados de la madera. Al agitar encontramos notas herbáceas de monte bajo, tomillo y hierbabuena con un sutil recuerdo de trufa negra. Al rato una abrumadora pátina de terciarios se abre ante nosotros: cacao, tabaco de pipa, cuero ruso, castañas asadas y un fresco recuerdo mineral de arcilla húmeda. Sigue siendo un portento de complejidad incluso más armonizada. De alta intensidad (94).

GUSTATIVA: En boca nos topamos con un vino amplio, carnoso y de una acidez casi descarada, brutal. Su estructura es colosal con los taninos ya más pulidos y en donde la fruta y la madera se han ensamblado el plena armonía fundiéndose en un solo cuerpo, ¡¡ cuerpazo de vinazo…!! En retronasal encontramos chuches de fresa, notas acompotadas de mermelada de ciruelas así como un cierto toque de regaliz de palo. También muestra un lado mineral, arcilloso, "melosito" si me permitís la expresión. Se ha hecho algo más dulzón respecto al 2014 con la fruta por bandera. Se está redondeando a pasos agigantados convirtiéndose en algo sublime, digno de alabanzas. "Peaso" de vino amigos, con una persistencia de casi 4 minutos...una barbaridad. Sin duda aguantará una década a un gran nivel y seguramente bastante más(96).

La RCP la califiqué de muy buena aunque costó 32 euros y me reitero. La dejamos ahí.

Y repetimos el maridaje ya comentado en el Barbera D´Alba: Lo maridamos con unas buenas lonchas de un exquisito 5 J´s que nuestro buen amigo Carlos supo como repelar cuidadosamente. El jamón pegadito al hueso tiene un punto que me encanta. Qué decir, jamón de bellota y buen vino...a disfutar!!

En un momento perfecto de consumo, da la sensación de que este vino, comienza no sólo a definir su estilo , también estabiliza sus virtudes y prescinde de excesos del pasado. Está espléndido, en nariz y en boca. En nariz muestra su característico aroma de fruta negra compotada, con tostados marcados pero integrados, cremoso pero sin exceso, ciertas sensaciones terrosas, bouquet compacto. En boca es sabroso y estructurado, pero a la vez , fresco, con una tanicidad pulida y madura y un largo psotgusto frutal. Una gozada

Otro que no engaña, reconocido desde que caía en la copa, licoroso, especiado, frutillas rojos, negros, sazón, nuez moscada, clavo suave. Inconfundible. Gran vino, mejor que tiempo atrás, redondo

Cata de una garnacha de la D.O. Campo de Borja proveniente de una bodega bendecida por el mismísimo Robert Parker en persona dándole 100 puntos a dos añadas, Alto Moncayo 2007 y 2009. En este caso catamos la 2010. El 2009 lo tengo reservado para algo más especial.

Se abrió la botella 90 minutos antes de la cata y se sirvió a 17 C un poco sugestionados por su 15,5% de alcohol. El tapón en perfecto estado, largo, limpio y compacto.

VISUAL: De color negro rojizo con el ribete caoba y muy brillante, de capa muy alta. La lagrima es densa y ligeramente tintada. Precioso color.

OLFATIVA: De intensidad alta. En nariz se muestra grandioso, mucha fruta roja (moras negras). De inmediato me sorprende un curioso recuerdo a castañas asadas, fantástico!. Al agitar, aparecen notas frescas, herbáceos de orégano y tomillo para dejar paso a los tostados y torrefactos. Poco a poco van surgiendo nuevos y variados aromas, cueros, tinta china, notas mentoladas y unos amables especiados de pimienta negra. Que nariz más rica en matices. Fabulosa garnacha, una delicia de complejidad.

GUSTATIVA: En boca se muestra amplio, carnoso. La acidez está presente y los taninos aún por pulir, pero sin demasiada astringencia. Parece mentira que este vino tenga 15,5 grados...pasan totalmente desapercibidos. Aprecio notas cremosas, lácteas. En retronasal de nuevo fruta negra y un toque dulzón, como a caramelo de fresa. La madera se ha integrado maravillosamente y se muestra sutil, perfecta evolución en la barrica, aportando unos toques ahumados y una buena mineralidad. De persistencia larga y muy golosa. Tiene vida para rato. Creo que en 8 - 10 años será todo un prodigio de vino.

La RCP la considero muy buena aunque no es barato, 32 euros costó , pero es un vino sobresaliente sin duda.

Lo maridamos con un sensacional plato de cordero cocinado a la masala de fenogreco y romero, salteado con zanahoria al ajillo en salsa de ostras y sobre una base de cebolla caramelizada a la soja y jengibre. Plato nuevo, "parido in situ", espectacular mestizaje y...acertamos de pleno !! No se merecía menos. Olé !!

Color rojo picota, limpio y brillante

En nariz resulta intenso, un gran abanico de frutos rojos y negros, tostados, café y cacao

En boca me ha sorprendido la frescura y la acidez del vino, pensaba que iba a resultar excesivamente sobremadurado y no ha sido así, mucha fruta roja, grosellas, cerezas y un final largo y persistente. El nivel de tostados no me a parecido excesivo, resulta intenso pero la carga frutal es brutal.
Se tomo en la cena de nochebuena, quizás si otro día lo cato sin comer nada, tengo ota opinión, pero ha día de hoy me ha parecido un vinazo
Me ha recordado a un jarabe que tomaba de pequeño de color rojo, que me encantaba, cosas de niños

Creo que tiene una gran vida por delante y el vino es francamente bueno. Merece la pena comprarlo y más a unos 24€ que se puede obtener por internet

Considero que es un gran error beberse este vino ahora. Le sobra de todo, hasta el punto de convertirse en defectos: excesiva acidez, estructura demasiado "agresiva", roble muy presente... A este vino hay que darle, cuanto menos, cinco años más, para que se relaje un poco, entonces veremos..., pero ojo, puede ser un grandísimo vino

Color picota oscura, ribete granate, capa media-alta, limpio, brillante, muy buena lágrima.
En nariz con buena intensidad hay fruta madura frambuesas, moras, ciruelas, cerezas, algo herbáceo, madera y café, complejo y para disfrutarlo tranquilamente. En boca tiene buen cuerpo y estructura, es amplio, redondo, muy afrutado, algo goloso, elegante, con buena acidez y taninos maduros; buena persistencia.

Qué extraordinarias garnachas se están haciendo.

Aun siendo pronto, y tendrá más catas, las dos veces que ya lo he probado me ha parecido detectar un leve cambio en el vino, menos explosivo que añadas anteriores, sin bajar de un liston de potencia y contundencia pero un pelin menos agresivo y un viraje a un fondo más elegante y equilibrado, todo esto entendido dentro de lo que no deja de ser este vino, especiado, frutal, maderas, tabaco, tofes, tostados, muy rico. Su hermano "pequeño" lo supera a veces en el bagaje total