Un tiempo después volvemos a probar este vino y lo cierto es que evoluciona con la clase esperada en un Champagne de su grandeza. Intenso en nariz y desarrollando aromas de frutas maduras, especias, ahumados, tonos minerales, frutos secos y piel cítrica, complejo y profundo.
En boca es fino, directo, largo y estructurado, con una excelente acidez y un paso firme y con volumen, dejando en el final recuerdos de frutos secos amargos, trazas minerales, especias y un cierto recuerdo de frutas maduras, con una burbuja muy bien integrada y una larga persistencia.
Bollinger siempre es sinónimo de la máxima calidad en Champagne y este Grande Anée en un año tan bueno no hace más que ir progresando poco a poco y desarrollando la enorme calidad que atesora y que sin duda irá incluso a más con el tiempo, esperamos poder volver a probarlo y –por qué no- también su “hermano mayor”, el RD…
Color amrillo dorado bastante claro con toques brillantes.
Aromas no muy intensos pero elegantes y complejos donde destacan los citricos dulces, frutas blancas, bollería y pastelería fina, vainilla, flores, toques minerales y herbáceos.
Eb boca es de cuerpo medio, pero tiene un paso de boca excepcional, pleno de placeres y diversidad, recuerdos frutales, cítricos y de pastelería, espresivo y con personalidad, final largo y con muy buena persistencia.
Un champagne muy rico para tomar solo o acompañado de buenas viandas, aunque lo he visto muy gastronómico.
A pesar de costar sobre los 100 €, considero que tiene una muy buena RCP.
Degollado en 03/2011
Dorado limpio y brillante, burbuja media y abundante.
Nariz de media intensidad, compleja y con ese encantador estilo de la casa, que va mejorando poco a poco con el aire. Notas de flor seca, frutas blancas maduras, hierbas aromáticas, recuerdos especiados, trazas balsámicas y anisadas, café en grano. Surge además un fondo mineral y terroso que sustenta un conjunto muy armónico.
En boca muestra ese carácter serio y vinoso de esta fabulosa cuvée, es un vino limpio y equilibrado, sostenido por una gran acidez y de paso redondo y profundo, dejando en el final sensaciones frutales y minerales, con una cierta presencia terrosa. Carbónico perfectamente integrado. Buena persistencia.
Hablar de Bollinger Grande Anée es hacerlo de uno de los mejores champagnes que existen, un clásico lleno de finura y equilibrio y que porta el inimitable estilo de la casa, vinoso y barroco pero sin perder frescura. En la gran añada 2002 está todavía joven pero ya puede disfrutarse. Unos 90 euros, los vale sin duda.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.