Interesante nueva cata, tras más de dos años de la última. temor al inicio, pues urgen aromas de retención y estanque que ceden tras decantación. Se oxigena y aparece un buen vino que se ha afinado en botella. Marcados terciarios que finalmente no impiden su expresión frutal . Fruta negra, vainillas, torrefactados muy marcados , pero no tanto como para tapar la fruta. Boca con suficiente acidez, la fruta se sostiene, excelente tanicidad

Segunda cata y se mantiene mi percepción de corte clásico, cada vez más. Conserva su potencia frutal , pero dominan notas terciarias de ebanistería, serrería, tonel...

Tiende a lo clásico con el paso del tiempo, pero conserva su esencia Eguren , cremosa y frutal. Fruta, finos tostados cada vez más marcados en nariz. Baja acidez, fruta en sazón en boca, crece en copa

Monovarietal de Tempranillo con una crianza de 16 meses en barricas nuevas de roble francés.
A la vista intenso y bonito color cereza con ribete granate de capa media con lágrima densa.
En nariz, intenso y complejo, fruta roja , fresas, fruta negra, moras, especias dulces, láctico, agradables balsámicos, recuerdos ahumados y tostados bien integrados en el conjunto, mineral, gran equilibrio aromático.
En boca es elegante, de una gran finura y sedosidad, amplio, untuoso con una gran estructura, buena acidez y taninos finos y elegantes, bien integrados, fantásticos, buena presencia de la fruta y los tostados todo en muy buen equilibrio, final largo y muy persistente, un vino que lleva 14,5 grados que no se notan por ninguna parte.
Un vino que despierta sentimientos.

Vino color picota madura con ribete rojizo, capa media alta, limpio, brillante y lágrima abundante y densa.
En nariz con buena intensidad, notas de frutas negras en conjunción con un fino chocolate amargo, con evolución a tostados, grosella negra, arandanos muy maduros y cerezas.
El paso por boca, sedoso, cálido, afrutado, cuerpo medio, amplio, expresivo, largo recorrido, bien constituido, buena acidez, equilibrado, apabullante mineralidad, con un tanino, grande, aterciopelado y maduro.
Retronasal, afrutada.
Posgusto, largo y muy bueno.

Rojo picota, ribete amoratado, capa media-alta.
Nariz de media intensidad y que destaca por su finura y sutilidad. La fruta es roja ácida y tiene unos toques florales, aunque lo que mejor expresa es una delicada mineralidad. Aparecen igualmente los toques ahumados y balsámicos. Muy fino.
En boca muestra igualmente ese carácter etéreo y delicado del año, pero es un vino bien balanceado, con buena concentración y estructura. Acidez marcada e integrada, paso limpio y redondo y final de buena longitud que deja sensaciones especiadas y minerales, con un tanino fino y una persistencia media.
Pese a la complicación de un año fresco y lluvioso, estamos ante un vino que muestra una versión más sutil y delicada de este viñedo, hay quien echará de menos más estructura y concentración pero lo cierto es que estamos ante un vino bien resulto y fiel a su año. Muy bueno.

Catado en la Bodega Señorio San Vicente. Tras catar Señorio San Vicente, este muestra una frutalidad mas negra y un componente mas salvaje y goloso que el anterior, mas potente en su frutalidad, tintas y balsamicos. Magnifico

(Muestra de barrica). Cerca del final de su estancia en barrica. Granate cubierto. Tiene una nariz intensa, bien definida, compleja, con un perfil a la vez extraído y elegante. Hay notas balsámicas, resulta bastante mineral, muestra también algo de regaliz, toques de fruta negra en sazón y notas de sirope de ciruela. Tanino presente, con algunas aristas por pulir. Dulce, amplio y carnoso.