Disfruto a tope de la última botella que me queda de este fantástico y riquísimo vinazo.

El color sigue siendo el mismo.

Los aromas, aunque como indico más arriba, han transcurrido tres años, siguen siendo muy similares, hay mucha variedad y frutosidad, al mismo tiempo que variedad y elegancia.

En boca sigue siendo una verdadera joya, a pesar de su grandísimo equilibrio y finuda, hay que añadir el sorprendente deleite frutal y la elegancia, igualmente goza de magnifica estructura y gran complejidad, todo formando un conjunto propio de vinos de mucho más alto precio.

Un vinazo maravilloso en un gran momento de forma, q3ue vivirá en estas condiciones unos cuantos años más.

Color cereza rubi borde granate claro.
Aromas de muy buena intensidad donde destacan los frutos negros con excelente madurez y expresividad, toques de frutos pasos, minerales, flores, balsámicos, regaliz, especias de varios tipos e hierbas, mucha complejidad y toques de elegancia en la nariz.
En boca es casi pefecto, el paso de boca muy largo y perfectamente equilibrado, grande la complejidad, estructura y frutosidad, los taninos vivos pero suaves y frutosos, el retronasal extraordinario con casi todos los aromas descritos y el final es apoteósico con muchos matices y larguísimo.
Un SOBRESALIENTE vino que me ha maravillado, como la mayoría de los excelsos Chateauneuf du Papea. Lástima que solo comprase dos botellas.
Bueno lo puntuo, antes que los trajeaos lo prohiban y sobre todo porque alguien lo tendra que hacer, digo yo !!.
La nariz me ha gustado mucho un 93,5 y la boca, una verdadera maravilla un 97,5. El total me sale un 95,5, pero lo otorgaré un 96, entre otras cosas por el corcho que es INMENSAMENTE BUENO.

Color granate de capa alta.
Soberbia nariz donde prima la elegancia, el equilibrio... Pese a tener alguna arista alcohólica en una primera aproximación, el conjunto es sumamente placentero, el alcohol acaba integrándose y pasa a formar parte de este conjunto tan bien armonizado. Tiene un buen peso de fruta, con notas de frutos rojos maduros y frutos negros frescos, notas tostadas, higo, ciruela pasa, lácteos, balsámicos y esa mineralidad tan marcada y arraigada.
En boca la acidez es perfecta, equilibrada, integrada, amplia y mediadora entre las notas tostadas, los apuntes más dulces de la fruta, los toques amargosos de la madera...

Un vino refinado al que hay que prestarle mucha atención, pues cuenta muchas cosas.

Granate de buena capa. Tiene una nariz magnífica, con reminiscencias borgoñonas, que pese a su juventud muestra ligeros toque animales, la fruta es muy fina, hay matices especiados, notable expresividad y gran profundidad. En boca esta muy bueno, amplio y sabroso, con un taninos pulido, fresco, equilibrado, de nuevo destacando la finura de la fruta, lago y equilibrado. Aunque aparece menos concentrado que el Vielles Vignes me resultó bastante más complejo.