Color picota, menisco granatoso, capa media-alta, limpio, brillante, lágrima poco tintada pero densa.
En nariz inicia muy cerrado con sensación de desván, tarda en abrirse y poco a poco va mostrando una buena intensidad de aromas de maderas nobles, caja de puros, tabaco y después fruta negra muy madura , con minerales y balsámicos. Compleja y muy evolutiva.
En boca tiene cuerpo, buena estructura, taninos maduros, acidez correcta, sensación de fruta negra licorosa, es equilibrado y persistente.

Han pasado ya muchos años y sigue siendo un vino poderoso en cuanto lo dejas airearse un poco.

Trae mineralidad y frutos rojos con el toque reductivo que va desvaneciendose, buen bouquet. Especias y complejo.Buen equilibrio y longitud con notas de chocolate y café. Un poco seco al final.

Guinda picota de muy buena capa brillante, casi opaco.Complejo e intenso en nariz, aromas de fruta roja en confitura y licor,cereza, ciruela, mora, balsámicos, minerales y gratas maderas. En boca muestra una buena estructura , con unos taninos muy pulidos.Buena constitución, sabroso, muy equilibrado, fresco, aromático paso de boca y final persistente con recuerdos de frutas,especias, minerales, hierbas aromáticas y un final inconfundible con recuerdos a un buen Brandy.
Es uno de mis tres mosqueteros, un vino que deja huella , distintas añadas compradas y me gustaron todas, pero la del 99 es la que más.Felicito a su enologo Adriá Pérez ,la familia Pérez Ovejero hacen obras maestras.De echo el rival del Cims de Porrera, es el vino de su padre el Clos Martinet.Que por cierto es otro de mis tres Mosqueteros.

Vaya, pensaba que ibamos a encontrarnos con algo desajustado pero no; muy sutil de aromas, con un despliegue de cruelas, pasas, fruta negra, tabaco y una mezcla de fruta roja, pimienta y especias. Un tanino suave, goloso, ya ha dejado esa insolente pesadez del vino fuerte pero muy conjuntado, suave y de final exquisito.

Grandioso vino, clásico ya, de gran refinamiento y crácter. Aunque no destaca por buscar gran expresión de terruño ni mineralidad su elegancia y clasicidad lo hacen aparecer como un grande que no se debe olvidar. Le iba a poner un 9, pero en el último trago, inolvidable, ha subido a 9,2. Gran recuerdo.