Color dorado, menisco cobrizo, limpio, brillante, denso, lágrima densa y glicérica.
En nariz tiene muy alta intensidad de aromas de fruta blanca madura, fruta cítrica confitada (naranja confitada), fruta de hueso (melocotón maduro), fruta tropical (mango), especias (pimienta blanca), herbáceos y flores del campo, notas minerales; compleja, con personalidad, intensa; una auténtica maravilla sensorial.
En boca tiene cuerpo, sensaciones de frutas confitadas pero donde predomina la acidez cítrica que lo recupera e invita a beber más, piel de naranja escarchada; tiene intensidad, es algo grasa, muy equilibrada. Persistencia alta.
Extraordinario, con precio alto.

Puede que algunos de nuestros jerezes, ofrezcan matices similares a precios más asequibles, pero por una vez o por dos..., en fin. En nariz recuerda a frutos secos, almibar, café bombón, tabacos, torrefactados, mieloso, riquísimo. Boca grasa y sedosa, sin estridencias, muy cálido, para disfrutar por mucho dinero

Para acabar el intenso fin de semana, un vino de hielo canadiense. Aspecto espectacular, amarillo dorado oscuro, denso, aromas a miel, almibar, moscateles y pasas de corinto. Magnifico
Botellita de 50 mL, 18 euros en restaurante

Dorado intenso con destellos cobrizos.
Nariz intensa, poderosa y compleja. Toques de fruta blanca madura como orejones o melocotón, alguna fruta tropical como mango o lichis, piel de cítricos, naranja confitada, especias blancas, ligeros herbáceos y algún destello mineral. Necesita aire para ir ganando en complejidad y expresión.
En boca es un vino con prestancia, con cuerpo, ligeramente graso, pero compensado con una buena acidez que le otorga el punto justo de frescura. El final es amplio y resulta persistente, dejando un recuerdo de fruta madura y escarchada, con un dulzor bastante contenido e integrado. Está en buen momento de consumo.
Un vino realmente interesante que nos muestra el gran trabajo que se está realizando en Canadá con este tipo de vinos. Eso sí, prefiero el de Riesling al de Vidal, la clase de la diva siempre se nota. Es algo caro, pero siempre más barato que los alemanes, por lo que puede ser una buena opción para probar este tipo de vinos tan especial. Pero donde estén los alemanes…

Color amarillo dorado.
Aroma de muy buena intensidad principalmente a miel, frutas amarillas (albaricoque, melocotón en almibar ambas), flores frescas e hierbas finas, frutos blancos exóticos en compota, toques tostados y minerales.
En boca es graso y dulce, paso de boca muy agradable y frutal, tiene una excelente acidez, un retronasal extraordinario dominado por las mieles, las flores, los albaricoques y los buenos tostados, final largo y sobre todo muy, muy persistente.
Un gran vino, que a pesar de costar sobre los 27 €, tiene una excelente RCP, el corcho un 7,5

Color dorado intenso, ambarino. Su nariz es impresionante, de gran complejidad, con un abanico de aromas que van desde la fruta amarilla (albaricoque, piña) al lichi, con un fondo amielado y de especias que envuelve todo el conjunto. En boca es genial, con un dulzor compensado por una excelente acidez. Es untuoso, denso, con un ataque potente, gran recorrido y un final interminable. Este vino es una maravilla, de lo mejor que he probado nunca. Está todo en su sitio, perfectamente equilibrado, sin notas discordantes... Genial! En un vino así creo que el precio debe dejarse a un lado para sólo disfrutar. Gracias a Antonio Ramírez, sumiller de Calima, por este regalo.