Noel Pinguet continua la gran obra vinicola de su suegro Gaston Huet.Este Le Bourg 1 trie moelleux tiene un color oro viejo,denso,lagrima en la copa,brillante.La nariz con brutal complejidad,orejones,compota,albaricoque maduro...Portentosa acidez,muy fresca,elegancia y mucha presencia en la boca.Muy largo.Vivira 50 años mas ?

Precioso color amarillo dorado, con destellos cobrizos. En nariz se asoman deliciosos aromas de fruta de hueso muy madura (albaricoques), piel de naranja confitada, combinados con excitantes notas de membrillo, humo y un ligero toque a crema catalana sin quemar (tocado por la piel de limón y la canela). Nariz de ensueño, con una delineación perfecta de matices. En boca es impresionantemente sutil, equilibrado, la edad le ha hecho ganar en matices y a su vez equilibrado el balance entre dulzor y acidez, donde las sensaciones brotitizadas se despliegan por el paladar como un abanico. La acidez magníficamente firme, le otorga una sensación de frescor y lo prolonga hasta un amielado, cítrico y persistente final. Un placer para los sentidos. Un vino que sorprende por estar en un estado casi perpetuo de juventud. El aire le sienta de maravilla.

De color amarillo ambarino.

En nariz muestra una buena intensidad, dando mucha fruta madura (cítrico), con notas florales de excelente calidad, y alguna nota mineral.

En boca tiene un paso majestuoso, con una sensación táctil impresionante, excelente equilibrio acidez-amargor que denota que puede aún evolucionar bastante más. La persistencia es larguísima recordando a confitura de naranja amarga. Delicioso. Creo que está perfecto para tomar y para guardar.

Decantado durante 3 horas. Copa tipo Chianti. Temp. Serv. 12º

Decantado prácticamente 3 horas.
Atractivo color ambarino intenso con ribetes evolucionados.
Una nariz intensa y profunda va mostrando nítidos aromas cítricos y amielados -naranja con miel-, para mezclarlo con tonos especiados -toque de canela, ligero clavo-, algunas hierbas aromáticas -pizca de estragón. Se desgranan apuntes de parafinados y un buen tono mineral. Una sensación general de botritis de gran calidad.
En boca se nos presenta un desfile de sensaciones perfectamente organizado. Nada se sale de su sitio, nada destaca por encima de los demás. Esto es el equilibrio, sin duda. Sabroso, intenso con un balance azúcar-acidez-alcohol perfecto. La acidez actua como una cinta transportadora para las sensaciones y de cable de sujeción del vino. En boca se repiten las sensaciones apuntadas en nariz, destacando algo más las sensaciones cítricas, las parafinadas y un excelente amargor -naranja de Curaçao-, que acompaña hasta que se termina el vino.
Final de gran recorrido y de persistencia alta y compleja. Un vino para soñar y recordar.