Dorado brillante. Nariz intensa, atractiva, con notas de fruta pasa (orejones); frutos secos (pipas, almendras), toques de miel y suaves recuerdos florales (flores amarillas). En boca tiene un ataque potente, cierta untuosidad, es seca, fresca, con excelente acidez, suave amargosidad, buen desarrollo y notable recorrido.

Dorado limpio y brillante.
Nariz con buena intensidad, limpia, profunda, encantadora. Delicadas notas aldehídicas, ligeramente punzante, brisa marina, frutos secos, infusión de camomila, recuerdos balsámicos y un incipiente fondo mineral. Mejorando en copa, portando una definición aromática asombrosa.
En boca es una delicia, pese a su importante vejez posee una frescura y una delicadeza formidables, es un vino fino, de gran longitud, redondo y placentero, con un final largo y persistente que nos deja recuerdos de frutos secos amargos, trazas salinas y tonos minerales. Enorme redondez.
Nos encontramos sin ninguna duda ante una de las manzanillas más encantadoras del mercado, seria y vieja, pero con una frescura y elegancia formidables, uno de esos vinos comodines en la mesa y del que resulta imposible cansarse. Una pena la desaparición de la bodega, esperamos que las botas queden a buen recaudo porque son un auténtico tesoro. Unos 15 euros, un regalo.

Amarillo limón con tonos dorados, presenta una ligera turbidez.

Aromas muy finos y etéreos, delicados y elegantes, tiene menos "marisma" que otras de su tipo, menos salina y punzante y más floral y perfumada, leves apuntes de laca de uñas y barnices, frutos secos (avellanas).

En boca sigue en esa linea sobria y elegante más que potente, muy sabrosa y seca, con el alcohol bien integrado, repite esos tonos avellanados y a hierbas aromáticas, y culmina con un largo final finamente amargoso.

Excelente manzanilla pasada, una joya con 9 años de crianza en flor... ¿cómo es posible que esta bodega cierre?

Un consejo para el que lo quiera seguir: compra todas las botellas que encuentres, no es cara y merece mucho la pena

Dorada algo turbia.
Aromas muy sutiles. Hay que meter bien la nariz en la copa para desenmarañar toda la madeja. Uva blanca, agua de azahar, hinojo, anisados, plástico quemado, botica, madera vieja y notas salinas.
¿Dónde está el alcohol?. Nos hacemos esta pregunta después de probar los primeros sorbos. La boca es refinada y aromática, es una manzanilla suave, no nos parece excesivamente punzante. Sabe a tiza, a frutos secos y a mar, pero mucho más atenuada que otras elaboraciones en rama de la zona.
Final largo.
Un estilo diferente a lo que estaba acostumbrado. Muy buena, una pena que desaparezca.

Color oro viejo. Nariz algo reducida, que recuerda al pienso de gallinas inicialmente, con el aire da paso a ciertos recuerdos a miel, frutos secos, aceitunas verdes, sensaciones salinas, algunos tostados y un fondo que recuerda a la crianza biológica. En boca tiene buen ataque, es graso pese a su ausencia de glicerina, amargoso, con muy buena acidez, estructurado, armonioso y muy largo. Después de más de un año no muestra ninguna sensación de declive....

La acabo de probar. Primero lo intenté con el distribuidor en Madrid que me dio la Heritage que tiene de en rama lo que yo de cura. Segundo contacté directamente con el distribuidor de la bodega (Soleras del Sur) y me han enviado otra cosa mucho más interesante. En la etiqueta pone "Manzanilla Pasada Aurora En Rama". Pensaba que era la Heritage hasta que he visto unos sedimentos (posiblemente flor) en el interior. Coño! esto es nuevo. Para empezar, deciros, que esto no es lo mismo que econtrais en las tiendas: Tio Pepe, La Ina, San León etc. La grasa del vino, el postgusto y la nariz que cambia como una veleta no las vaís a encontrar en los vinos comerciales.
En la nariz me han salido los hidrocarburos y la goma quemada típica de las manzanillas pasadas de esta bogeda, pero para mi sorpresa, detrás de esos dos aromas, han aparecido unas aceitunas frescas como yo no habia olido en mi vida. Un diez aún siendo los aromas poco intensos. Después de media hora abierto el aroma ha cambiado y me recuerda a algo entre jabón y pistacho. Curiosamente el aroma es más intenso a copa parada que cuando la mueves. La boca es cremosa (de verdad no vais a encontrar una grasa así en ningún vino de tienda ni de cerca) y parece mejorar con la oxigenación. Compleja y con un postgusto que impresiona. A mi no me queda la más mínima duda de que este es el futuro de los vinos biológicos jerezanos.

Color amarillo dorado.
En nariz se detectan cereales tostados, pipas, iodos, orejones y miel.
En boca presenta buena acidez, buena salinidad, potente y larga.

Dorado. Nariz inicialmente algo reducida, con toques de miel, tostados y levaduras. En boca tiene carácter, es amargosa, punzante, con acidez correcta y buen recorrido.

Tenía curiosidad por probar este vino envasado tal que el lunes y que llegó a mis manos el miércoles, directamente de la solera.
En vista amarillo dorado, limpio aunque tenía la duda de si se presentaría la levadura en suspensión, que fué que no.
En nariz conincido con Pedro algo huraña aunque los aromas de frutos secos como la almendra, y los salinos la hacen elegante. Femenina diría yo -a mi mujer que es de las que no le hacen gracia estos vinos le encantó-. De buen paso, pero sin exagerar la potencia alcohólica de sus 15º.
En boca se mostraba con un paso excelente, sutil, elegante, marcando una retronsal de avellana y mar.
Realmente excelente.
Lástima que sea tan complicado de conseguir.

Genial como siempre. No tan espectacular en nariz como la San León, pero con una boca más intensa y ’pasada’. Eterna en el postgusto. Enfrentada a San León Reserva de Familia y Saca de Invierno 2004 de Barbadillo.