Caoba con reflejos anaranjados, borde yodado. Complejísimo, potente,

Caoba con reflejos anaranjados, borde yodado. Complejísimo, potente, discurre elegantemente como un torrente de elegantes ahumados y de caramelo toffe bajo el que se desplegan un carro de detalles de confitería (guindas, cacao puro, bombón de chocolate, chocolate blanco, azucar quemado, vainilla en rama, cabello de ángel, azucar glacé), toques de regaliz, con un muy leve punto reductivo de pegamento y aromas a maderas viejas de fondo que desaparecen tras unos minutos en copa. En boca es carnoso, de entrada suave y más frutal de lo esperado (fruta de hueso, ciruelas, dátiles frescos), sabroso y muy concentrado, con un rica, viva y brillante acidez que no se corresponde en absoluto con un vino de esta edad, derroche de fruta pasa macerada muy fresca, y frutos secos (almendras, avellanas), final enorme, amplio, con muchas especias (raspado de barrica, sensación de bebida de cola), retronasal a café con leche, dulce de leche, y hueso de cereza. (Esta vez lo dejé respirar un par de semanas antes de probarlo, no para de mejorar. Con años y años por delante, para rescatar en dos o tres años). PVP: 5 euros aprox.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar