Color amarillo pajizo pálido con reflejos verdosos. Nariz con intensidad alta, fruta muy madura tropical y notas cítricas y balsámicas. En boca tiene una entrada dulce con mucha fruta tropical madura, paso por boca suave, acidez notable y persistencia media alta. Un albariño muy distinto a los de Rias Baixas, pero que me sorprende y me gusta mucho.
Amarillo pajizo, destellos verdosos de pocas intensidad. Limpio y brillante.
Nariz varietal que nadie llevaría a Nueva Zelanda. Acerolas,puntas balsámicas, piel de lima , pomelo y un leve recuerdo a la piel de melocotón.
En el encuentro de la boca, es donde notamos una gran intensidad, un vino poderoso armado, lleno de vigor pero con sentido. Piel de cítrico y algo de fruta de hueso son arropados por un fino amargor y unos matices vegetales que nos prolongan la persistencia y perfilan las sensaciones por un buen rato. Encontrará más plenitud en los próximos meses. De momento podemos decir que ojalá algún día todos albariños se hicieran así.
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