Amarillo dorado de buena intensidad con reflejos de oro viejo y castaños.

Nariz que nunca nos llevaría a su orígen: orejón, miel de azahar, dulce de menbrillo, níspero maduro, leves recuerdos de hidrocarburos...

En la boca es muy original, es de textura casi cremosa, graso con una presencias de vainilla, yema confitada, tiene nervio es fluido, persistente. Tiene un equilibrio dulce-amargo que lo hace muy atractivo y poco cansino. Con un magnifico recuerdo y retrogusto.

Visual amarillo dorado más bien pálido, lagrimeo abundante y de caída leeenta, se presagia una boca bien dulce.
En nariz sin haber visto la botella, lo pongo en Alemania o más bien en Austria (un beerenasulese de Alois Kracher, casi seguro, como ya han dicho por aquí) Tiene una nariz deliciosa, con notas de pastelería dulce(botrytis???), manzana asada, naranja confitada, canela, vainilla y mucho más, una golosidad nada empalagosa, pero sí muy atractiva... empiezo a salivar demasiado.
Boca riquísima, encuentro suave, paso denso, dulce, pero con esa equilibrada acidez necesaria para no empalagar, final muy largo con recuerdo a frutas confitadas y especias dulces. Ese recuerdo que queda en la boca, pide otro traguito, otro disfrute... como decía mi compañero de cata: "un plaer, cent dolors"

Soy un gran aficionado a los vinos dulces de podredumbre noble (y a los Eisweins que pueden tenerla o no) y al catar este vino, no puedo mas que felicitar a la bodega por este maravilloso y delicioso vino, que me parece toda una novedad en su zona (Aunque él exhiba "vino de mesa", pero qué mesa!!) y que viene a reforzar mi sensación de que Jerez se mueve, aunque para mi, este vino crea un antes y un después.

Estamos acostumbrados a los PX envejecidos por soleras y nunca a ciegas este vino lo hubiesemos mandado a Jerez, lo mandamos a Alemania, a Francia y a Hungria, pero no nos paso por la cabeza Jerez.

Color amarillo dorado.

En nariz nos recuerda la botitris, con marcados citricos y amielados, orejones y mineralidad.

En boca es un dulce muy fresco, nada empalagoso, con la acidez excelente, orejones y amielados, especias dulces, vainilla, final largo y aromatico.

Catado en el restaurante Ca Pepico de Valencia.

De color amarillo dorado intenso, con reflejos dorados y lagrima de gran densidad.
En nariz se aprecian aromas de fruta amarilla muy madura, también fruta escarchada, miel, dulce de membrillo, cítricos, especias dulces, nada hace presagiar su origen, me ha recordado mucho a los vinos de Kracher.
En boca en cambio si que nos dice claramente la uva con el que está hecho, pero aún así con un perfil mas fresco y ligero, a esas notas pasificadas se le una una excelente acidez con toques cítricos y una dulzura muy comedida que lo hace tremendamente adictivo.
Sin duda toda una sorpresa.