Opiniones de Sacristia AB Manzanilla Primera Saca
OPINIONES
3

 El color es muy feo. Marrón con destellos verdosos.  Además tiene algo de poso.

Si bien es verdad que en nariz mejora, ya se nota que está en claro declive. En un primer momento sólo detectamos caldo de pollo y alguna nota salina.  Poco a poco empiezan aparecer notas a flores secas, almendradas, yodadas y a botica. Poco más se puede sacar.

La boca también cambia y se aclara aunque aun siendo la mejor de las tres fases, tampoco da el “do de pecho”. Sin duda es una manzanilla que hace mucho tiempo que vivió sus mejores días.

Final mineral.

Una pena, la verdad. Prefiero no puntuar.

Después de una botella de esta manzanilla que, por circunstancias de la botella, el viernes me decepcionó ligeramente (por estar quizás reducida y no del todo en forma a la apertura), ... tengo que admitir que la misma manzanilla cambió con el paso de los días y ayer y hoy estaba muy muy buena.

Sin embargo, no contento ni satisfecho, rematada la anterior botella, he abierto otra botella y, ésta sí desde el inicio está tremenda sin paliativos desde su apertura.

Visual: dorado ámbar oscuro con reflejos tirando al oro viejo. Limpia (sobre todo si no es del final que a veces tiene ligeras partículas), brillante y de muy buena lágrima de lenta caída.

Nariz: de muy buena intensidad y mucha complejidad; tenemos los típicos aldehídos, potentes aromas a velo de flor, frutos secos amargos (almendras y anacardos), bota muy vieja, cueros viejos, algo de piel animal, balsámicos poderosos, toques a bollería y panadería, alguna nota dulzona que recuerda a turrón de yema tostada, huele a Sanlúcar y a estar dentro de una bodega rodeado de botas por todos lados, sutiles herbáceo-vegetales pero, sobre todo, muchas notas minerales y salinidad a raudales, salitre, mar y mariscos (sobre todo de concha como almejas y ostras). Espectacular y sutil.

Boca: entrada suave y deliciosa pero de muy buena potencia y volumen, equilibrada, muy seca, ligeramente punzante y vertical en su entrada, para luego expandirse en boca; densidad media-alta, fresca y con ligero amargor en el paso por boca el cuál es tremendamente agradable. Tiene ligera untuosidad y cierta cremosidad. Acidez media. Tenemos toques vegetales, minerales y, sobre todo, salinos por doquier. Casi se mastican las almendras amargas. Final largo y, de nuevo, ligeramente amargoso pero, sobre todo, mineral y vegetal (junto a salino) en retronasal y muy muy salino y marino en el retrogusto.

Un vino que invita a oler sin parar y a beber sin tregua. Es increíblemente fácil beberse la botella de 375ml una sola persona en una comida/cena. Además, la manzanilla (y más en este nivel de calidad), es un vino que soporta prácticamente cualquier plato que le pongas (hasta los alimentos no armonizables, a priori, con casi ningún vino como las alcachofas y los espárragos).

Tremenda, espectacular y maravillosa. Se acaban, una vez más en esta manzanilla (y, en general, en muchos vinos de ya cierto nivel del Marco de Jerez), los adjetivos y las alabanzas.

Excelente RCP (PVP de 13-16€).

  • AB Sacristía Primera Saca 2015

    AB Sacristía Primera Saca 2015

Color ambarino oscuro con destellos de oro viejo. Espectacular nariz, hay aromas de levaduras con notas de mazapán, pan recién metido en el horno, frutos secos (anacardos), cierta vegetalidad noble que recuerda al velo de flor, bota vieja envinada, bodega jerezana con albero húmedo y notas minerales que recuerdan a la tierra calcárea seca. Hojarasca verde, corteza de árbol con savia y notas finales de vaina de guisantes verdes. Aromas de fósiles marinos, salitre intenso y bajamar. En boca es una delicia, sutilmente amargosa y con volumen, traslada en el paso esa sensación de carnosidad como cuando muerdes una miga de pan blanco, y a mi me recuerda, desde el punto de vista táctil, a la primera vez que comulgué. Es vegetal, muy sápida, con notas sabrosas de membrillo amargo y un posgusto donde se fijan los matices de salitre, vegetales y de levadura, sensaciones que también se perciben por vía retronasal, haciendo una curvatura sensorial perfecta. A la vez es fresca y dinámica. Esto es una maravilla. Jerez / El Puerto / Sanlúcar es mi cementerio de enológico de Elefantes, en el sentido de que es donde todos iremos a parar, tarde o temprano. Todo lo demás pierde sentido desde el punto de vista sensorial y se vuelve secundario. Cuando me pongo frente a uno de estos emotivos vinos y desnudo mi alma tras cada sorbo, solo quiero buscar en el horizonte al Coto de Doñana y a mis seres queridos, que a pesar de que muchos me esperan en el Cielo, los siento como sentados a mi vera. Esto solo me lo da el vino de Jerez, no hay mejor expresión que aquella que dice que alimenta el cuerpo y el Alma.

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