Color dorado con destellos ambarinos y oro viejo. Finísima burbuja casi etérea.
Empieza algo austero, con notas salinas (ostras) y de flores secas, pero gana y gana complejidad en copa, apareciendo puntas cítricas, notas de carne de membrillo y manzana, bollería y ligeros avainillados y ahumados de la madera.
En boca está enterísimo, con un tacto cremoso, acidez muy viva y un fantástico equilibrio entre las notas oxidativas y un carbónico bien presente aún, notas de nueces tostadas, ciruelas, notas florales, bollería… Largo final, con mucha garra.
Excelente este 82, como decía Juan “muy barroco”, con gran complejidad… un vino al que hay que prestar la máxima atención.
Dorado. Carbónico en fase de declive pero que se nota todavía.
En nariz sobresale más el carácter de la chardonnay que el de la pinot noir. Flores marchitas, membrillo, agua de azahar, algún toque cítrico, bollería, nata y madera vieja. Una vez abierto ha ido cada vez a más.
La boca funciona como un tiro: frescura, integración de sabores y una burbuja que aún agarra suficientemente. Paso vertebrado por una gran acidez. Estilo barroco. Complejidad.
Largo e intrincado final.
De los más grandes que he probado, maduro, con abanico y en un momento perfecto. Cortesía de un buen amigo. Da gusto beber estas gamas altas de grandes bodegas. No son vinos del gusto de la mayoría, pues pierden nervio. Sin embargo ganan mucha prestancia. Hay que aprender a valorarlos.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.