El vino Sesenta e Nove Arrobas 2013 es de color amarillo limón.
Se abre en nariz con una intensidad inusitada con recuerdos al queso curado, y a piedra blanca. Lo rodean toques anisados dulces, recuerdos amargosos de avellanas y una sensación vegetal grasa que recuerda a la aceituna verde.
En boca tiene una entrada potente que deja una intensa sensación especiada en la lengua que te recuerda a ciertos embutidos de carne blanca (mortadela, butifarra...) Tiene una acidez magnífica y se muestra largo, fresco y con una gran estructura.
Un vino blanco serio, que habla en voz alta sin levantar la voz, quizás no para todos los públicos pero a mí me encantó.

Tiene un color amarillo pajizo con tonos verdosos, en nariz presenta un sorprendente olor intenso, como a queso curado. En boca tiene toques lácticos y de pimienta con una ligera acidez.

Es un vino personal que en inicio confunde hay que dejarlo respirar y te muestra la piedra caliente, la fruta melosa de una buenísima madurez, en sazón, recuerda a una papilla de pera, hay un alcohol envolvente y de tacto dulce, hay hierbas frescas y secas, es de un aroma profundo y a la par fresco, singular, estas dentro de un manzanal.

La entrada en boca es seca, al instante surge la acidez viva, es quien sujeta y vertebra al vino, hay un rico punto salino y un alcohol envolvente, potente, vuelve el punto seco y el jugoso, cambia, se modifica, es un vino que te atrapa, te convence con su gusto frutal, con su sensibilidad y vida.

Es de un color amarillo pajizo con reflejos verdosos.
En nariz se expresa con intensidad media alta. La nariz es compleja y sutil al tiempo. Nos da notas de fruta blanca y flores blancas.
En boca entra con garbo, marca el paso, nos mantiene atentos, buena acidez, notas minerales, de salinidad, y con un ligero y noble amargor. Es persistente