Toda una referencia...

...A mi parecer, la que ofrece este blanco monovarietal de Verdejo.
Por muchas (y buenas) razones.
Dentro de las miles y miles de referencias que uno pueda encontrar acerca de esta variedad blanca que campea y vive en Rueda como primera residencia, este Finca La Colina es capaz de destacar por su manufactura o elaboración.

Se aprecia un bonito color pajizo-dorado en la copa.
La nariz pasa por ser lo más interesante, lo más diferenciador entre la media y la mediocridad de los que se empeñan en decir que tal vino es un Verdejo (como si cualquiera pudiera hacer esta variedad en condiciones....). Tal vez una de las mejores Verdejos en cuanto a complejidad, definición y riqueza en matices: tanto disfrutamos de la fruta tropical (plátano) como de un estupendo melocotón joven y su piel. Esa piel que, cuando olemos el fruto, se nos mete en todas las fosas nasales....
También ofrece los típicos toques herbáceos, por supuesto. Y alguna cosilla más por ahí...
La boca resulta muy agradable. Para el que le guste ese amargor tan característico de la variedad, lo tendrá. Para el que no le guste, tampoco lo tendrá, pues no es especialmente marcada esa sensación. La fruta regresa, jugando en el paladar, apoyada en una buena dosis de acidez. Refrescante y con un final bastante persistente.

Hacía tiempo, no cataba este vino. Pero tengo que reconocer que lo que mas me gusta es que año tras año, con sus pequeños matices diferenciadores, resulta un blanco muy regular; muy rico y con una manera de demostrarnos el buen trabajo, meritorio.
Lo dicho: para beberlo y disfrutarlo.

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