A la moda de otros vinos, este fino tiene un toque tan marcado a manzana que recuerda en boca a muchas sidras especiales, si a eso añadimos su textura y densidad recuerda mucho más a esa bebida. Evidentemente es un vino y tiene matices a frutos secos, etc pero es muy marcada la sensación de manzana. El vino es turbio y por mucho que lo dejes en reposo sigue turbio, da la sensación que esas capas que se vislumbran va a bajar pero apenas lo hacen. Entra demasiado fácil para el alcohol que disimuladamente lleva
En este caso abrí una de las botellitas de 50 cl. ésta con botella marrón y también tapada con chapa (roja). De nuevo el tema de la densidad me resultó llamativo. Tuve que decantarlo y darle un agitación intensan para que alcanzara más fluidez, en todo caso continuó mostrando cierta viscosidad que lo hace menos placentero en boca. La descripción muy similar a la de la botella previa. Habrá que darle más tiempo a la segunda botella para que se estabilice.
Amarillo dorado. De aspecto denso, al verterse en la copa muestra sorprendente densidad. Nariz intensa, con un carácter propio en el que destacan notas de manzana fresca, algún toque de frutos secos, ligeras sensaciones punzantes y un fondo sutilmente salino. En boca entra bien, hay sensaciones golosas, de nuevos con toque de manzana madura, muy buena acidez, firme, franco, largo y con raza.
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