Vaya cosa curiosa...
Desde la curiosa botella ya este vino te hace erguir las orejas y ponerte en guardia, sobre todo cuando te lo dan a catar a ciegas y no sabes qué diables estás bebiendo.
Color yodo oscuro.
Nariz intensa con notas de barniz, de bizcocho borracho, de arrope, fruta negra pasificada, ciruelas claudias, confitura de naranja y madera de balsa.
En boca tiene una acidez muy rica, un cuerpo amplio, con unas notas licorosas marcadas, frescas, con matices de lacas y barniz y un largo recorrido.
Un 10 por el trabajo de búsqueda y hallazgo de estas joyas que a buen seguro hubieran acabado por evaporarse en alguna bota perdida. Pero también un excelente vino, con carácter y personalidad. Nada fácil, esos sí, pero qué delicia.
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en respuesta a G-M. Ver mensaje de G-M. Es capaz de decirte que bajó madera por el Turia.
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en respuesta a G-M. Ver mensaje de G-M. Es mucho más fácil que todo eso. Lo utilizo mucho:
Es un descriptor muy claro. Cuando era adolescente nos dio a unos cuantos amigos por el modelismo, pero claro, nos gustaba lo complicado, de manera que comprábamos madera y la tallábamos con una navaja y con un buril y una lija pulíamos las martes más toscas. El olor a madera de balsa es algo que no se olvida, sobre todo cuando te tiras dos horas haciendo la quilla de un barco.
En fin, es un grato recuerdo de la infancia que intentas dilapidar con tu ignorancia, pero mi corazón es duro y sabrá resistir tus envites.
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Probé este vino el sábado en El Padre y la verdad que me sorprendió, sobre todo por recuperar un vino dulce tradicional de albillo por solera que ya prácticamente no existe por la zona y además un vino muy viejo y con calidad, francamente balanceado. Quizá el diseño de la botella es lo que cambiaría…
Saludos,
Eugenio. -
en respuesta a EuSaenz Ver mensaje de EuSaenz Que Aurelio me corrija, pero creo que cuando lo probamos, la palabra que utilicé fue balanceado. Estos vinos viejos no son buenos per se, se lo tienen que ganar. He probado cosas metidas en barricas durante años que bla bla bla, pero sería mejor tirarlas por el retrete. La madera suele comerse la fruta o las barricas muy viejas no aportan nada y acabas bebiendo un jugo dulzón de gumibaya que no hay Dios que lo trague.
La botella tiene su encanto. Eso sí, para la vinoteca es un sindiós.
Saludos
Dani -
en respuesta a EuSaenz Ver mensaje de EuSaenz Que Aurelio me corrija, pero creo que cuando lo probamos la palabra que utilicé fue balanceado. Estos vinos viejos no son buenos per se, se lo tienen que ganar. He probado cosas metidas en barricas durante años que bla bla bla, pero sería mejor tirarlas por el retrete. La madera suele comerse la fruta o las barricas muy viejas no aportan nada y acabas bebiendo un jugo dulzón de gumibaya que no hay Dios que lo trague.
La botella tiene su encanto. Eso sí, para la vinoteca es un sindiós.
Saludos
Dani -
en respuesta a Dani C. Ver mensaje de Dani C. En efecto, a este tipo de vinos hay que “mimarlos” para que se mantengan en forma, con refrescos o sacas aunque sean mínimas, pero que el vino no quede nunca parado en exceso porque eso le resta frescura y vivacidad, un poco al estilo de los viejos Fondillones. Un buen trabajo sin duda. El diseño de la botella en efecto, no permite la guarda en la vinoteca, a no ser que se ponga de pie…de todas formas, juraría que la saca era de 60 botellas, así que poco hay para guardar…
Saludos,
Eugenio. -
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