En general los buenos vinos pueden mejorar durante varios días una vez abiertos. Si tienen menor extracción, aún más. Y si son blancos, igual nos llevamos hasta alguna sorpresa.
Descorché este Arbois el viernes pasado, un par de copas y al frigorífico. Insulso en aquel momento. Curva ascendente hasta hoy. Todo se ha ensamblado y ha desplegado el abanico.
Dorado y turbio.
Al principio muy parco en nariz, esta noche sutil pero mucho más abierto. Flores marchitas, agua de azahar, canela, manzana de feria, fruta confitada, pinar, botica, apuntes lácteos, yodo y piedra caliza.
Boca untuosa, con palpable acidez y madera presente. Sin problemas con el alcohol. Aparte de los registros reseñados, en esta fase se hacen más patentes las notas a mantequilla y la mineralidad.
Final de intensidad media.
Un blanco decente hace una semana y muy rico ahora, en cualquier caso por menos de veinte euros una apuesta al menos original. Puffeney lo deja, veremos hasta donde llega Domaine du Pélican.
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