Pues ahí sigue... tan agradable y expresivo como la botella previa. De hecho su color era algo más clarito (cada botella es un mundo) que la previa. Por lo demás esa franca definición de fruta blanca tamizadas por ligeros apuntes de crianza biológica (pese a que el verlo entiendo que apenas llegó a formarse). En boca atractivo, fluido pero con materia, la sencillez de la fruta, la sutil mineralidad, los atractivos amargos. Lo más llamativo un "pedazo" de cristal de tartárico en el fondo de la botella... Rico, rico.

Color dorado intenso, levemente turbio.

En nariz manzana verde, anisados, almendras amargas, membrillo y trazas minerales.

el paso por boca es mas untuoso de lo que esperaba pero muy equilibrado, buena acidez cítrica, final amargo y salino que invita a beber.

Amarillo dorado palido con algo de brillo. Precipita en el fondo y se forma un cristal unico.

Nariz media a pera, hinojo, flor amarilla y cierto toque metalico que en boca veremos si lo asociamos a mineralidad.

Entrada fresca rapidamente se expande, con anchura y algo de pesadez pero una gran personalidad salina y caliza en boca. Acidez comedida con un toque de manzana amarga al final. Media longitud

Oro viejo pálido. Nariz expresiva, bien perfilada, en la que dominan las notas de manzana verde y los matices anisados sobre recuerdos a aceitunas verdes y algo de frutos secos. En boca tiene buen ataque, el paso es franco, con cierta untuosidad, bien de acidez, cierta mineralidad, ligeros amargos y bastante persistencia. Se bebe fácil y aunque muestre notable profundidad destaca por su proximidad.

Dorado pálido, ligeramente velado.
Media intensidad en nariz donde destaca su paleta meramente sutil y delicada. Tenues notas de manzana verde, levadura de cerveza, frutos secos, hierba recién segada, anisados, balsámicos y un cierto fondo mineral.
En boca se muestra más amplio y opulento, pero siempre desde unos registros muy transparentes, vino vivo y amplio, con frescura y mineralidad, dejando ese poso de la albariza en el final con sensaciones de fruta amarga y frutos secos, invitando a beber por su jovialidad. Persistencia media.
Muy buena idea la de los chicos de Alba Viticultores embotellando este mosto, al fin y al cabo un vino blanco de palomino tal y como es, sin maderas ni encabezamientos. Pura expresión de la albariza. Sabiamente lanzado el 30 de noviembre, día de San Andrés, para cumplir con el refrán popular “Por San Andrés, el mosto vino es”. Unos 8 euros, excelente RCP.