Creo que han pasado ya tres años desde el último 2010 que abrí, y le toca a este con las consiguientes altas expectativas (mala cosa, las expectativas altas).
A la vista todavía se ve joven. Y en nariz tarda en abrirse. Mucha fruta negra madura, incluso compotada. Pero durante un buen tiempo apenas da más que esto, lo que me devuelve a mis dudas sobre si la Tempranillo (o la Tinta de Toro, en este caso) es lo suficientemente compleja para mi gusto. Tras una hora en la copa empieza a abrirse y dar aromas de cacao, café y monte bajo, con la fruta todavía bien presente. Algo de tostados, pero la madera no destaca; bien integrada. También cuero y notas minerales.
En boca es donde más gana. Este vino está ya tan redondo que apenas tiene una arista. Denso, pero sin exageraciones, y tanino completamente redondeado. Igual que el alcohol, que es difícil creer que está en 15 grados. Y eso que hace calor y que los últimos sorbos eran ya a una temperatura que podría haber justificado notas alcohólicas; pero ni una. Suave como una crema y persistencia media-larga. Junto a la redondez me da todavía la suficiente acidez como para pensar que le queda vida pese a sus ya trece años, aunque mejorar no creo que mejore ya.
La RCP de Pintia comprado cuando sale la cosecha –65-70 euros—me parece correcta para lo que ofrece. Lo que es difícil es encontrar añadas maduras a precio razonable, y este es un vino que necesita mucha botella para estar verdaderamente en su punto.
La ocasión lo merecía y el vino se comporto, esta en un gran momento.
La mejor relación calidad precio del grupo Vega Sicilia creo que esta en este vino. Es la elegancia en Toro, si que tiene potencia, pero la elegancia la supera y hace mas llevadera esa potencia.
La fruta negra y la acidez son los marcadores de este vino, taninos pulidos y sabrosos, con un conjunto muy sedoso. Eso si, hay que darle unos años de botella para que se exprese en su apogeo.
Rojo picota de Ribete evolucionado, algo granate. capa media alta.
Intensidad media, terruño y torrefacto marcado, fruta fresca, dulces natas, pan de leche, al mover sale fruta y lácteo junto con vainilla, elegante.
Boca potente, exuberancia, fruta detrás que sujeta el vino junto con la acidez, tacto cremoso, muy largo, salivas continuamente, interminable, vino potente equilibrado, brutal!!!!!!!, tanino sedoso.
Algo astringente y profundamente compotado. Es lo que más me ha llamado la atención de esta nueva cata. Tiene carácter Toro, es estructurado y potente, carnoso. No veo que se afine
Me lo esperaba más poderoso, potente, arrasador, pero ha sido un vino más tranquilo, más fino y de gran calidad y maduro.
En nariz despliega sus armas de seducción, con una gran fruta negra madura, golosa, pero acompañada por unos balsámicos y mentolados refrescantes. Hay una madera fina, pero presente, junto con tostados, mineralidad, vainilla, chocolate, especias... un conjunto fino, elegante y complejo.
En boca tiene una buena entrada, un ataque potente, pero fino, con esa fruta negra muy madura, chocolate, balsámicos, tostados y maderas finas presentes, pero sin molestar, más bien redondeando el conjunto, que tiene un gran esqueleto, una buena acidez y un tanino maduro, goloso, delicioso. Hay sotobosque también, mineralidad, finura.
No había probado ningún Pintia, pero me lo esperaba más "bravo", más Toro potente.
Marca un estilo , que parece huir de excesos de antaño. Es cremoso, avainillado, con fuerte presencia de las maderas. Es más elegante y dócil en boca que añadas previas. Algo cerrado al inicio, pero potente y con carácter Toro. Tanicidad muy madura, pero pulida
Rojo picota con ribete violáceo.
Nariz de buena intensidad con aromas de fruta negra, maderas exóticas, caja de puros, vainilla, notas de tierra húmeda, especias. Nariz muy fina, elegante.
En boca tiene buen ataque, con un punto ligeramente goloso marcado de cerca por una muy buena acidez que lo equilibra, tanino presente pero ya dando cuerpo, redondeando el conjunto y dando cuerpo.
Me salté un par de añadas, así que me alegra volver a probarlo. Este finde creo que abriré un 2002 que tengo en espera.
Picota cubierto con destellos violáceos. Nariz intensa que comienza con recuerdos a cedro y sándalo para dar paso a una golosa fruta negra y todo ello sobre un fondo tostados. Bien definida. En boca el ataque es intenso, con cuerpo medio, tanino firme, dulce y goloso, bien de acidez, con buena estructura y notable longitud. Mucho tiempo sin probar un Pintia.