Amarillo pajizo, limpio y brillante.
Aromas de buena intensidad: uva blanca, hinojo, anises, menta, caja de cerillas, bosque, hojarasca y un marcado carácter mineral.
Boca carnosa y con volumen que se sustenta en una gran acidez. Escasa presencia alcohólica, barrica bien trabajada. Entrada fresca, al principio se muestra algo tímido pero según va atemperándose va sacando diversas notas principalmente primarias y pedregosas.
Final de intensidad media-alta que deja recuerdos otoñales.
Simpre que Italia se nos viene a la cabeza, tendemos a pensar que es un país sureño, como España o casi tanto, lo cual es un error. Nápoles, la capital de Campania, que está bastante abajo en su mapa, sólo por encima de Calabria y Basilicata, queda geográficamente casi a la altura de Ávila. Aparte por supuesto de la elaboración y de los distintos estilos de las bodegas, ese es otro de los motivos de la lozanía y la tensión que mantienen sus vinos.