Botella y etiqueta en muy buen estado, con un nivel de llenado prácticamente íntegro. Corcho perfecto, apenas tintado y que me llamó la atención por su escasa longitud. Recién abierto. Sin decantar.

Vista: Color rosa un tanto parduzco, que parece aventurar una cierta oxidación. Sin brillo, pero muy limpio, sin turbidez. Ausencia total de sedimentos.

Nariz: Inicialmente muy cerrado, con evidentes notas reductivas (trasteros, mohosidad). Con algo de aire aparecen, en primer plano, las primeras notas de fruta roja (fresas, algo de cereza), con una buena presencia de principio a fin, todo ello sobre un tamiz licoroso. Marrasquino, granos de anís. Apuntes florales. Acompañado de unos suaves terciarios: duelas envinadas, macerados, cueros y algunas atisbos de caza.

Boca: Igualmente cerrado en la primera copa, es a partir de las siguientes -y, sobre todo, a las 5 horas de abierta- cuando, bien aireado, inicia su apertura para mostrar todas sus virtudes. Las fresas, en especial, y las cerezas surgen de inmediato, asumiendo todo el protagonismo y sin desaparecer en ningún instante. Finos tostados, maderas nobles, encurtidos. Con un paso por boca ligero y con una frescura notable, la cual se ve ayudada por una buena acidez y un suave especiado. Final dotado de un cierto punto cremoso, que se aprecia también en retronasal.

Postgusto medio/largo.

No son mis vinos favoritos los rosados, pero, ay amigos, quién os ha visto y quién os ve. Excelente para el verano.

10 euros.