Coincido con mi predecesor en su carácter desconcertante, a lo que añadiría indescriptible. Es blanco pero no lo parece, color ámbar oscuro, denso, glicérido y primera en la frente. Nariz única y original, con un primer golpe de flor blanca marchita, un membrillo muy marcado, ligeros cítricos, frutos secos crudos y verdes, barniz de mueble viejo, y fruta de hueso.
La boca es otro espectáculo de magia, sápido, original, con destacable acidez, mineralidad, anisados, floral y con un final muy salino.
Merece la pena probarlo aunque no es vino para el que no se enfrente a él con una mentalidad abierta.

Como dice José, se trata de un vino íntegro... Joder, es un vino que te trae loco, porque ya solo con ese color ambarino, oro viejo, turbio, denso, brillante, con una lágrima densa, ancha, lenta... Piensas que puede ser un palo cortado.

En nariz, te pega un palazo de flores marchistas, cítricos, anisados, fruta amarilla de hueso, piedra mueble viejo, herbáceos, especias picantes, aromas de fermentación como si fuera una cervecza, membrillo, ahumados... Joder, me ha chocado mucho estos registros. es un un vino que te puede descolocar muchísimo.

En boca es amargo, sedoso, cítricos, almendra cruda, flores, membrillo, vegetal. Es muy largo, salino, desconcertante.

Y ese desconcierto me ha descolocado y me ha gustado.

Vino color amarillo oro viejo, limpio, brillante y lágrima fina.
En nariz con intensidad media, notas de piel de membrillo con un punto tostado y como de turrón, con evolución a notas de hierbas frescas, algo de menta y predominando los vegetales sobre la fruta.
El paso por boca, suave, limpio, amable, mineral, levemente afrutado, algo corto, buena acidez, equilibardo y final con un puntito salino.
Retronasal, vegetal.
Postgusto, medio y bueno.