Color amarillo dorado, limpio, brillante, lágrima escasa y rápida.
Presenta aromas sutiles a pastel de queso con mermelada de frutos rojos, azúcar quemado, especiado (vainilla), herbáceo.
En boca es algo vegetal, amplio, con cierta untuosidad pero con final un punto ácido. Retronasal de media intensidad donde vuelven los aromas varietales y media persistencia.

Botella nº 4532/5467
Se trata de un monovarietal con personalidad propia, aunque tengo de confesar que me esperaba algo más.

Color amarillo dorado, aromas de mandarina, cítricos, cremosos, mantequilla, tostados.... Paso en boca con amplitud y personalidad con garra... destaca el recuerdo de tarta cítrica.... MUy bueno y recomendable.

Después de la visita a las cavas Recaredo y a las explicaciones de Ton Mata sobre la biodinámica y la importancia de esta uva, mostrando que tiene suficiente entidad para ir sola, no solo en los cavas, sino también en este proyecto de blancos. A partir de aquí y después de probar el Can Credo, me he agenciado el resto de los blancos para deleitarme con ellos. El nombre Aloers se compara a los agricultores que poseen tierras en la Edad Media. Es una forma de fortalecer el vínculo entre el hombre y la tierra.
Y en referencia a este vino es de color amarillo pajizo con borde acerado. En nariz aromas finos con hierbas aromáticas y cierta cremosidad. En boca entra muy bien, buena estructura, equilibrado, toque mineral, muy buena acidez, elegante y con un paso muy agradable. Un buen
Xarel·lo