Se encuentra en un momento de "gloria".
La nariz sigue siendo muy semejante, a la valoración indicada hace dos años, aunque hay que precisar, que en la actualidad se encuentra en un momento más delicado y elegante, ademas es un poco más variado.
La boca tambiçen ha "crecido", el paso muy redondeado con una expresividad y calidad muy elevadas, el retronasal se encuentra en un estado de gracia, el final es largo y tiene una muy gran persistencia.
Una verdadera joya de manzanilla pasada, riquisima y fácil de beber y disfrutar.
vuelvo a disfrutar de otra botella.
Continúa siendo un vinazo, aunque con las "limitaciones" que se indican más abajo.
En esta ocasión me ha sorprendido muy gratamente, ya que al poco tiempo de la apertura de la botella, la deje olvidada y no volvi a ella hasta los 20-22 días, y para sorpresa y satisfacción mia, se encontraba en igual estado de forma, o sea sobresaliente.
Vinazo sin ninguna duda, aunque como queda dicho anteriormente, un pelin inferiro a la 20 y sobre todo a la 40, que para mi ha sido la mejor hasta ahora con diferencia.
Su reino no es de este mundo.
En general es muy parecedia a la nº 40, la diferencia radica en la boca, ésta es más elegante, pero le falta (hablamos a niveles altísimos), más variedad (complejidad) y ser un pelin más sabrosa.
Repito que estamos comparando a dos vinos de lo mejor del mundo, pero quiero insistir que aún siendo, èsta número 50, excelente y maravillosa, al equipararla con la anterior, me resulta inferior.
Color amarillo dorado, con destellos verdosos y dorados, limpio y brillante.
Nariz intensa y muy compleja, huele a marisma, con su brisa y sus barquitos varados en la orilla (yodo y barniz), a hierbas infusionadas, con toques herbáceos y de frutos secos, y a caramelo quemado.
Boca potente y sabrosa, muy equilibrada en su inmensa complejidad, notas amargas y de frutos secos tostados, gran balance ácido-amargo que denota un gran clase. Final mineral muy, muy largo.
Catada casi un año después de la primera botella, el vino se ha asentado con este tiempo en botella y ha evolucionado de una manera formidable, confirmando todo lo que ya mostraba.
En mi opinión, en el punto actual, es una de las mejores botas de Navazos. Que ya es decir... Y es que estas viejas manzanillas de La Guita son tremendas!
Dorado intenso brillante.
En nariz es potente y compleja, como siempre ganando y mejorando en la copa. Este vino es uno de los más marinos que conozco, brisa, tonos yodados y salinos, frutos secos, almendras, infusión de camomila, hierbas aromáticas, especias, un incipiente fondo mineral. Una maravilla llena de matices.
En boca es un vino portentosamente equilibrado, todo está en su lugar, encontramos todos los sabores con ese punto de acidez concentrada, los amargos y los salinos en el final donde vuelven las sensaciones marinas y de frutos secos, tan solo no encontramos obviamente el dulce. Larga persistencia y un grato recuerdo.
Una vez más esta Bota Punta de la Solera 1/15 de La Guita nos ha maravillado situándose en el olimpo de las manzanillas aunque quizá no nos ha impresionado tanto como las ediciones anteriores, la 20 y la 40, probablemente porque no haya habido un suficiente descanso entre las dos últimas. En cualquier caso, un vino absolutamente celestial y único en su género. Imprescindible.
Dorado intenso con reflejos verdosos. Limpio y brillante.
Notas herbáceas, mantequilla, tiza, apuntes punzantes, almendras, plástico quemado, miel, barniz, yodo y un fondo a whisky de malta.
Acidez y mineralidad en boca. Paso potente y muy distinguido, con un leve regusto dulce. Buen cuerpo y carácter glicérico. Lácteos, frutos secos, arena de playa y mar.
Final muy largo.
Una manzanilla compleja con un gran abanico. Con una fuerza arrolladora y al mismo tiempo con una increíble distinción. Creo que aún tiene capacidad de mejora en botella.