Imperial Gran Reserva 1956
Imperial Gran Reserva 1956
FICHA TÉCNICA
Bodega
C.V.N.E. ( Haro )
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Graduación (vol):
13,00%
Varietales:
70% tempranillo, 15% garnacha, 10 % graciano y mazuelo, 5% viura
Precio aproximado
Precio Aprox:
Desconocido
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.3
/
97
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
10,0
ELABORACIÓN
El vino madura 10 años en barricas semi-nuevas. Según la cosecha se déjà descandar entre 36 y 60 meses en los botelleros de la bodega antes de ser comercializado.
Opiniones de Imperial Gran Reserva 1956
OPINIONES
3

Cereza con borde teja. Capa media. Limpio (limpísimo) y brillante.
Bebido en media botella, lo hemos desencapsulado y abierto. El corcho ha salido en dos partes. No hemos necesitado esperar nada para deducir que el vino estaba en óptimas condiciones, de hecho a los veinte minutos se había venido aún más arriba. Fruta roja y negra que sorprenden, leves toques especiados con algún recuerdo a canela, matorral, sangre, pólvora y mineralidad.
En boca nos deja flipados, parece mentira que con con casi sesenta años de edad muestre tanta lozanía. El sorbo no es pesado ni mortecino, mantiene la tensión, posee tanino y sobre todo deja la boca fresca; todo gracias a una inesperada acidez. A partir de ahí todo es muy fácil: fresas, flores de campo, toques ferruginosos, un sutil atisbo terciario y piedras.
Final complejo.
Ja, ja, ja. Como ya he comentado en otras ocasiones no soy un incondicional de los viejos pero es que hay días que salgo asombrado. Este 56 viene en media botella, formato no apto para el envejecimiento y sin embargo lo tenía todo. Quiero más.

     De color rubí ladrillo, presenta una nariz sensual pero elegante donde se entrelazan notas de fruta roja lánguidas, de flores ajadas, con múltiples aromas terciarios que sería fastidioso analizar en detalle : nos remiten vagamente al sotobosque otoñal y al almacén de cueros. En boca, es un clásico entre los clásicos : hace gala de un estilo sobrio, depurado al extremo, que nos da una impresión de discreta armonía, de pureza y de relativa fragilidad. No le sobra ni le falta nada : textura satinada, firme estructura subyacente, acidez bien dosificada y final muy duradero, con marcados recuerdos frutales - guindas cocidas, moras de zarzal agrias - y matices especiados - pimienta cubeba, nuez moscada. El portaestandarte de la bodega mantiene bien alto el pabellón del vino riojano.

Nos encontramos con el tapón caído en el vino, con lo cual sólo el lacre lo separaba del exterior.
Color impecable, brillante y ligeramente atejado.
El aroma es a tapón en un primer momento pero va marchando con cierta rapidez, lo que indica que no llevaba mucho tiempo caído. Después aparecen aromas de reducción en botella como tierra, cacao, cuero y hojarasca todo perfectamente conjuntado y en armonía
Boca finísima, golosa, taninos secos, final enormemente largo.
Se trata de un vino de los que marcan, el ligero percance el tapón no impide considerar que se trata de un vino absolutamente glorioso y de los que no se olvidan.

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