...Y el sueño se hizo realidad.

Permitirme por un momento, amigos, el salir de esa especie de retiro forzado que he decidido tomar.
Y lo hago aprovechando el poder catar este vino. O quizás sería mejor decir catar una lusión.
La ilusión y el sueño por crecer y crear de los amigos Rafa y Raúl.
Desde Nava de Roa y aprovechando las bondades de la tierra, el viñedo familiar y unas cepas de Tempranillo estupendas. En este caso, comenzamos descorchando y catando el tinto más humilde de la bodega ( si acaso se le pueda nombrar "humilde"). Porque esta Tempranillo tiene un potencial y un futuro prometedor.

La cata:
Descorchamos el vino y lo dejamos oxigenarse, desde su misma botella, unos tres cuartos de hora antes de recibirlo en la copa y catarlo. Buen corcho.
Viste un picota brillante de capa media con una abundante y marcada lágrima en el cristal de la copa que acaba levemente tintado.
A copa parada ya nos va a mostrar lo que es capaz este vino de ofrecernos.
Nariz con cierta potencia, expresiva e intensa: asoman gran cantidad de matices frutales (frutos rojos, arándanos, y moras. Frambuesas y moras negras también. El regaliz tan típico de la variedad es destacable (negro, de palo) nos acompañará en todo momento en nuestra fase olfativa. Si los tostados acompañan, afortunadamente no tapan ni enmascaran el potencial frutal de esta Tempranillo. Se agradece que nos deje indicios ahumados, acompañados de alguna especia que me cuesta señalar con exactitud. Pero repito, lo importante es la fruta, el frescor. Los guiños balsámicos.
En boca es donde se aprecia mucho su juventud. Resulta vibrante, fresco. Con un buen nivel de acidez y mucho, mucho, margen de mejora todavía. Se siente vivo, alegre. La fruta está presente de nuevo, ligeramente amargosa. Se aprovechan bien esos grados de alcohol, por cierto, altos. A mitad del recorrido en el paladar, sí parece enseñarnos la crianza y unión con el roble, en forma de tostado. Aunque seguiremos percibiendo en todo momento la sensación frutal. El final mantiene buena persistencia y esa marcada acidez al final del trago, nos invitará a repetir de nuevo una copa más.
Sería fácil a estas alturas, redondear esta nota de cata con una buena puntación.
Pero mi relación para con este vino me hace ser excesivamente parcial y creo que dejaré a los que en algún momento tengáis la oportunidad de probarlo, el valorarlo justamente, sin ataduras ni remordimientos de conciencia...

Aprovecho para felicitaros a tod@s los que habitáis en Verema, para felicitaros las fiestas que vienen, y un futuro año 2014 que, espero, sea muchísimo mejor de lo que ha sido (al menos para un servidor) el 2013.

Salud.

  1. #1

    pepecano

    Hola Javier.
    El otro dia cate el Acediano 2011, es un vino que con la experiencia de haber catado otra añada con mas tiempo de botella, sin duda evolucionara a mejor, pero en ese momento de la cata la crianza estaba muy por encima de la fruta. Tengo alguna otra botella, ya te llamare para catarla en mejor ocasion.

  2. #2

    Enava

    en respuesta a pepecano
    Ver mensaje de pepecano

    A ver como os puedo hacer llegar un 2009, o un 2010 que ahora mismo estan magnificos.
    Son vinos que necesitan su evolucion en botella.
    Ten paciencia con el 2011. En las navidades proximas te preguntare, asi que guarda mínimo una botella.

    Un saludo

    Rafa

  3. #3

    pepecano

    en respuesta a Enava
    Ver mensaje de Enava

    No te preocupes Rafa, les dare tiempo, estoy seguro que tienen potencial para mejorar y evolucionar en botella.

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