Dorado intense limpio y brillante.
Nariz con buena intensidad que agradece una cierta aireación con la que mejora constantemente. Notas de flor seca, frutas blancas maduras y en confitura, orejones, piel de naranja, especias dulces, azafrán, un precioso fondo mineral, ahumados, toques de hidrocarburos, miel. Complejo y encantador.
En boca es un vino fantástico en un momento perfecto de consumo, con una magnífica acidez y un paso redondo y elegante, dejando en el final los recuerdos de frutas maduras, pieles cítricas y sensaciones minerales, con un ligero punto de dulzor que le hace ser tanto un vino de postre como de aperitivo. Gran persistencia.
Con toda seguridad no dudamos en situar los vinos dulces de Philippe Foreau como nuestros preferidos en Vouvray solo detrás obviamente del histórico Domaine Huet. Son vinos de gran elegancia y finura que envejecen de maravilla y este no es más que un ejemplo. La clase de la mejor chenin.